Nina Martínez fue infectada con el virus al mes y medio de nacida. Ahora tuvo la oportunidad de ayudar a seguir con vida a otra persona que tiene la misma enfermedad que ella.,Nina Martínez, una ciudadana de los Estados Unidos, ha vivido con el VIH prácticamente toda su vida. Al mes y medio de nacida fue sometida a una transfusión de sangre donde fue infectada con el virus; casi ocho años después sus padres recién se dieron cuenta. A sus 36 años se ha convertido en una activa luchadora por los derechos de las personas que viven con la enfermedad en su país, en su intento por lograr que se entienda que los pacientes con VIH sí pueden mantenerse saludables si es siguen un adecuado tratamiento. PUEDES VER Logran curar del VIH al tercer paciente en el mundo gracias a trasplante Paralelo a ello, también estuvo la batalla del médico Dorry Segev, quien siempre buscó la legalización de la donación de órganos de infectados con el virus, lo cual estaba prohibido incluso si ya habían fallecido. El cuenta a la BBC que siempre vio morir pacientes esperando la llegada de un órgano que le permitiera seguir con vida. “La razón por la que un trasplante como el de Nina no se había hecho antes es que, históricamente, el tratamiento con antirretrovirales ha causado daños severos a los riñones”, explica al citado medio. Su constancia rindió frutos cuando, luego de varias jornadas de investigación científica y batalla legal, en el 2013 el parlamento de los Estados Unidos aprobó la Ley de Equidad en la Política de Órganos y VIH, conocida como HOPE, sin embargo, esta era solo válido para los órganos de personas fallecidas. Desde entonces, varios infectados han podido recibir donaciones por fallecidos que tenían su misma enfermedad. Solo en el 2018 se reportaron 80 casos. PUEDES VER Células madre curan del VIH a un segundo paciente “El próximo hito en el trasplante de VIH a VIH es demostrar la seguridad de la donación en vida, ahora que sabemos que los riñones VIH positivos del donante fallecido son seguros para las personas que viven con la enfermedad”, escribió hace poco en un artículo en la plataforma Positive Aware. Lo cual se concretó esta semana cuando Nina Martínez le donó un riñón a una persona muy cercana a ella que lo necesitaba con urgencia. La operación se concretó en el hospital Johns Hopkins de Baltimore, el cual es el primer centro de trasplantes aprobado para evaluar posibles donantes vivos de riñón con VIH. “Decidí someterme a una evaluación de donantes. No tenía dudas de que quería hacerlo”, reveló la mujer, quien hace su vida de los más normal y hasta corre maratones cada vez que tiene la oportunidad. Si es que la donación no se hubiera concretado, la persona hubiera tenido que realizar diálisis al menos tres veces por semana, por lo que su riesgo de muerte hubiera aumentado considerablemente. “Si los pacientes son saludables en general, pueden donar órganos a otros necesitados y seguir gozando de buena salud. (...) (Nina) es la imagen de lo que significa vivir con VIH en 2019”, asegura el médico Segev, quien lideró el grupo que realizó la operación.