Premier británica abrió la posibilidad de que el Brexit no comience el 29 de marzo. Ahora la fecha la decidirá el Parlamento,Theresa May, la primera ministra británica, dejará a los diputados la decisión de aplazar el Brexit y destacó que de todos modos no puede ir más allá de junio. En una declaración en la Cámara de los Comunes, la premier señaló que si en esta fecha no hay consenso sobre el acuerdo, los parlamentarios tendrán la segunda opción de votar al día siguiente. Por primera vez, May dejó las puertas abiertas a una posible extensión del artículo 50, aunque ella misma advirtió su oposición personal a esa posibilidad. PUEDES VER: Brexit: Reino Unido y la UE se dan una nueva oportunidad para negociar En caso de que esta opción no prospere, la Cámara baja podrá votar sobre si retrasa la salida del Reino Unido de la Unión Europea. May aclaró que, en cualquier caso, se trataría de un retraso corto y limitado. "Estos son compromisos que estoy haciendo como primera ministra y me voy a ceñir a ellos", remarcó. Tras insistir en que confía en disponer de un documento que cuente con el respaldo suficiente de los Comunes, recalcó que no es partidaria de "ampliar" la validez del Artículo 50. La jefa del gobierno compareció ante los diputados para informarles del estado de sus negociaciones con Bruselas sobre el pacto del Brexit, en concreto sobre la controvertida salvaguarda irlandesa, ideada para evitar que la República de Irlanda e Irlanda del Norte tengan una frontera física. Como había adelantado May el pasado fin de semana, los diputados podrán votar sobre el acuerdo el 12 de marzo, si bien este miércoles tendrán la posibilidad de presentar enmiendas a una moción neutra a fin de conocer la posición de la cámara sobre el proceso del Brexit. May informó de que ha hablado con cada uno de los líderes de la Unión Europea para explicar la posición británica y concretó que tuvo la oportunidad de reunirse con los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk. Al mismo tiempo, May adelantó que el gobierno espera dar a conocer un documento sobre el impacto económico que tendría para el Reino Unido una retirada de la Unión Europea sin acuerdo. El texto negociado con Bruselas fue rechazado de manera abrumadora por los diputados el pasado 15 de enero, sobre todo por el descontento del ala más euroescéptica de los conservadores sobre la salvaguarda o "garantía" irlandesa. Esa cláusula irlandesa establece que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que la provincia británica de Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único hasta que se establezca una nueva relación comercial entre ambas partes. May pidió garantías a la Unión Europea de que Reino Unido no permanecerá atado a las normas del mercado único si Londres y Bruselas no toman acuerdo tras el Brexit.