
La relación entre la música y la violencia es uno de los centros de debate público en México. Actualmente, el foco está sobre los narcocorridos, un género musical que retrata y ensalza la vida de los cárteles, sus figuras y sus códigos, y que es objeto de discusión no solo en el ámbito cultural, sino también en el político.
La voz del reconocido cantautor argentino Fito Páez se sumó a esta conversación. Su reciente declaración en una entrevista televisiva realizada por Mario González sobre la censura y el papel del Estado generó reacciones en ambos lados del espectro. Mientras tanto, el gobierno de Claudia Sheinbaum inició una campaña que apunta directamente contra este tipo de música, en un intento por frenar su expansión y el impacto que, aseguran, tiene en la sociedad respecto a la violencia.
Durante una entrevista en el programa 'Perspectivas' en CNN en Español, Fito Páez sostuvo su postura respecto a la prohibición de los narcocorridos. Su análisis se centró en la raíz social de este género musical. “Creo que primero es un hecho vivencial antes que un hecho estético. Está sucediendo algo que genera un hecho cultural, que es la aparición de un género que se llama narcocorrido, pero no surge espontáneamente, surge porque hay algo que está sucediendo en la vida real. Entonces, se canta sobre eso”, afirmó.
El reputado artista de Rosario fue enfático al señalar que cualquier intento de limitar esta expresión cultural representa un acto de censura. “Me parece que todo lo que atente contra eso, es censura. No hay ninguna duda sobre eso. Los que tienen que resolver este lindo problemita son los estados, la ley. No los músicos”, agregó Páez, destacando la responsabilidad del Estado en abordar la raíz de la violencia que inspira este tipo de canciones.
Esta visión resuena en un contexto en el que el narcocorrido es acusado de glorificar el crimen organizado. Sin embargo, para Páez, estos temas no deben ser abordados desde la represión artística, sino desde políticas públicas efectivas. La entrevista también reveló el interés del músico en que la cultura continúe siendo un espacio de representación social, y no el responsable de medidas restrictivas.
En paralelo al pronunciamiento de Fito Páez, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció a finales de abril una ofensiva institucional para limitar la difusión de narcocorridos. La iniciativa forma parte de una estrategia integral para modificar la narrativa musical asociada con la criminalidad y sus protagonistas, especialmente entre los jóvenes.
El plan de Sheinbaum busca impulsar contenidos musicales que promuevan valores positivos, al tiempo que se restringe el acceso a composiciones que, según el gobierno, exponen de manera problemática los símbolos del narcotráfico. Esta política se articula con acciones coordinadas en medios públicos y eventos educativos, reforzando el mensaje de que el combate a la violencia debe incluir el ámbito cultural.
Aunque no se ha especificado si estas medidas incluirán vetos legales, ya se han reportado cancelaciones de conciertos y restricciones en la programación de emisoras. En ese contexto, la pregunta sobre los límites entre libertad artística y responsabilidad social se ha vuelto más pertinente que nunca.

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