Cada tercer domingo de julio tiene un significado especial en nuestro país, ya que se celebra el Día del Pollo a la Brasa. Este año, el 21 de julio, será la ocasión perfecta para rendir homenaje a este plato icónico que ha conquistado los paladares de millones de peruanos y extranjeros. La celebración no solo destaca la importancia del pollo a la brasa en la cultura culinaria del país, sino también su impacto económico y social.
El pollo a la brasa, con su sabor inconfundible y preparación única, se ha convertido en un símbolo de la gastronomía peruana. El 21 de julio, familias y amigos se reúnen para disfrutar de este delicioso manjar, celebrando no solo su sabor, sino también la historia que representa.
La elección del tercer domingo de julio para celebrar el Día del Pollo a la Brasa no es casualidad. Esta fecha fue designada oficialmente por el gobierno peruano en 2010, reconociendo la importancia de este plato en la identidad gastronómica y cultural del país.
La celebración del Día del Pollo a la Brasa no solo busca resaltar las bondades culinarias de este plato peruano, sino también apoyar a la industria avícola y a los numerosos restaurantes que dependen de su popularidad. Durante esta jornada, muchos establecimientos ofrecen promociones y descuentos especiales, incentivando a los consumidores a disfrutar de un buen pollo a la brasa y, al mismo tiempo, dinamizando la economía local.
El pollo a la brasa tiene sus raíces en la década de 1950, cuando Roger Schuler, un inmigrante suizo, y su socio peruano, Franz Ulrich, decidieron innovar en la forma de cocinar el pollo. Abrieron el primer restaurante especializado en pollo a la brasa en Santa Clara, cerca de Lima. Utilizaron un sistema de cocción rotatorio que permitía asar varios pollos simultáneamente, logrando una cocción uniforme y un sabor característico. Este método revolucionario marcó el inicio de una tradición culinaria que rápidamente ganó popularidad en todo el país.
La receta original del pollo a la brasa incluye una marinada especial, que puede variar según la región, pero generalmente combina ingredientes como ajo, comino, ají panca, sal y pimienta. Luego, el pollo se cocina lentamente en brasas, lo que le da su sabor ahumado y su piel crujiente. Con el tiempo, este plato se ha diversificado, incorporando distintas guarniciones como papas fritas, ensaladas y salsas, convirtiéndose en una comida completa y apreciada por todos.
El consumo de pollo a la brasa en Perú es considerable. Se estima que cada peruano consume, en promedio, unos 56 kilos de pollo al año, de los cuales una gran parte corresponde al pollo a la brasa. Esta cifra destaca la preferencia de los peruanos por este plato, que no solo es una opción sabrosa, sino también accesible y versátil.
La industria avícola en Perú es una de las más dinámicas y representa un importante sector de la economía. Según la Asociación Peruana de Avicultura, se producen más de 150 millones de pollos a la brasa anualmente.