Por Paolo Zegarra de URPI:
Noche de rock y nostalgia. Miguel Mateos se reencontró con el público limeño después de cuatro años, e hizo vibrar a miles de hombres y mujeres de todas las edades. Perú fue la locación final para cerrar con broche de oro la gira internacional por los 40 años de vida artística del ícono argentino del rock en español.
Vestido completamente de negro, Mateos inició su concierto interpretando “Con mi sombra en la pared”, del álbum ‘”Los hijos del rock”, que vio la luz por el año 87. Le siguieron los éxitos “Perdiendo el control” y “Si tuviéramos alas”, coreadas por un público heterogéneo.
Miguel Mateos emociona a fanáticos durante su concierto en Lima, Perú. Foto: Paolo Zegarra/ URPI - LR
Adolescentes, jóvenes y adultos mayores llegaron hasta la concha acústica del Campo de Marte, en Jesús María, para celebrar junto al ídolo rioplatense su vasta trayectoria cargada de recuerdos y éxitos del rock en español.
Con el micrófono en alto, a sus 68 años, Mateos saludó a los fanáticos y elevó sus ánimos con “Llámame, si me necesitas” y “Nunca es como la primera vez”. “Este es un concierto de rock, reggaetón, aquí no hay”, ironizó el cantante.
Miguel Mateos se ha caracterizado por ser un artista que aprecia y alienta el valor de la cultura Latinoamericana. “La única razón por la que escribí (este tema) es para que de una u otra manera Latinoamérica esté más junta”, señaló antes de interpretar ‘Solos en América’.
El veterano cantante complació a su público tocando “Y, sin pensar”, “Donde arde la ciudad” y “Es tan fácil romper un corazón” al ritmo del melodioso saxofón, mientras los hacía cantar, bailar y saltar al ritmo de los acordes del rock N roll.
Uno de los temas con mayor mensaje y carga emocional de Miguel Mateos es “Lola”: una menor violentada por su padre escapa de su casa y luego recae bajo la protección de un travesti.
“Siempre tengo esta canción en mi repertorio y tiene que ver con el tema del abuso de género y del abuso infantil. Un adulto que abusa de un menor (…) merece pudrirse en la cárcel”, expresó con contundencia.
El público, extasiado y ansioso por corear los éxitos más reconocidos del gaucho, obtuvo su recompensa al final. Mateos entonó “Atado a un sentimiento”, “Obsesión” y, alentando a las personas a superar cualquier adversidad, “Tirá para arriba”.
El director musical Alejandro Mateos regaló al público sus baquetas y la estrella cerró la velada con el emblemático “Cuando seas grande”. “¡Son una maravilla!”, exclamó Miguel antes de retirarse completamente satisfecho del espectáculo brindado y sabiendo que, al menos en Lima, el rock nunca muere.
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El show lo abrió el grupo Río. La mítica agrupación peruana se mostró contenta por compartir escenario con el músico argentino en su aniversario. Pocho Prieto (voz y guitarras), Cucho Galarza (bajo) y Chachi Galarza (guitarra) compartieron con sus fanáticos sus más entrañables canciones que los hicieron triunfar en los 80 y 90.
Éxitos como “Princesa”, “Televidente”, “Lo peor de todo”, “La Universidad”, entre otros, hicieron cantar y saltar de emoción a los asistentes. También se animaron a regalar discos a su público y Pocho aprovechó la ocasión para bromear: “Para que lo tengan de recuerdo, porque creo que ya no tienen equipo para reproducir”.
Río se despidió del escenario agradeciendo al público y a la producción. “Los queremos mucho, llego la hora de decir adiós. (…) En el nombre de toda la banda, mil gracias a un público de primera”, señaló Cucho Galarza para cerrar su participación y cederle la posta al maestro.