Laura Spoya sorprendió a la teleaudiencia al formar parte de la segunda temporada de "El gran chef: famosos". La ex miss Perú se ha mostrado más que ilusionada de haber sido llamada para el reality culinario, pues afirma que siempre ha tenido el sueño de estudiar Gastronomía y que ganar esta competencia sería algo muy importante para ella, inclusive más que ser coronada en un certamen de belleza. De la misma manera, la modelo e influencer respondió a las críticas hechas por los cibernautas sobre que ya tendría el trofeo en su poder debido a que su esposo es un reconocido chef.
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—Cuéntame, Laura, ¿qué tal la experiencia en "El gran chef: famosos"? ¿Sabías algo del programa antes de que te contactaran para participar?
—¡Muy feliz! La verdad sí. Yo ya estaba viendo la primera temporada desde antes que me llamaran para estar en el programa. Entonces, cuando me llamaron, para mí fue sí o sí, o sea, yo creo que cuando me llamaron, antes de que me dijeran (si quería estar en "El gran chef: famosos"), yo ya había dicho que sí. Ese es un programa que era muy retador para mí desde el momento en que me lo ofrecieron y no dudé ni un segundo.
—¿Entonces ya tenías la ilusión de que te llamaran para el programa?
—¡Sí! Es una mezcla perfecta entre todo lo que yo hago porque, si bien sabes, yo antes tenía en la pandemia mi programita que era de cocina, pero cómica. Era un formato que mantenía todo lo que yo hacía de comedia y al mismo tiempo compartía con los seguidores, porque yo hacía muchas historias cocinando en la pandemia. No tenía ayuda en mi casa. Entonces este formato, de "El gran chef: famosos", va mucho de la mano con lo que yo he hecho antes porque es una mezcla entre comedia y producto de formato familiar. Va perfecto con todo lo que yo hago, va muy bien.
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—Has sido muy abierta con el público sobre tu TDAH, ¿esto te ha traído complicaciones durante la competencia de "El gran chef: famosos"? ¿Lo ves como una desventaja?
—Definitivamente, sí, me ha traído complicaciones. Yo tengo ese trastorno desde los 12 años, probablemente lo he tenido toda mi vida. Solo que para tratarlo realmente necesitas tener un poquito más de edad, más de 6 años, por lo menos, para que se te pueda tratar correctamente y desde entonces he aprendido a convivir con él. Yo no he sido medicada de chica y, al contrario, mi mamá trató de darme herramientas para hacer diferentes actividades, para que mi cerebro se mantuviera muy ocupado, al igual que mi cuerpo, porque las personas que tenemos déficit de atención somos muy hiperactivas y necesitamos quemar mucha energía a diferencia de las personas "normales" (ríe haciendo comillas en el aire).
En la competencia sí me trae muchos problemas, sobre todo en el momento de prestar atención porque mientras me están hablando, yo ya estoy pensando en otra cosa. Es gracioso porque cuando estamos cocinando a veces me ven como que mirando a la nada y me dicen: '¿Todo bien?', y es porque yo ya estoy pensando qué es lo que voy a hacer. Yo tengo una memoria muy fotográfica y, si no me aprendo las cosas de diferente manera, no me fluye, entonces ya van a ver lo que sucede. Y algo que también nos caracteriza a nosotros, con déficit de atención, es que tenemos la letra horrible, porque nuestro cerebro escribe más rápido que nuestra cabeza, entonces mi letra es peor que la de médico. Al momento de seguir la receta no entiendo lo que puse o se me olvidan ingredientes, lo cual sí puede generar cierta dificultad, pero como ya lo tengo bastante controlado, ya me conozco, ya sé cuando lo estoy haciendo mal.
—¿Cómo te tomas las críticas sobre tu ingreso a "El gran chef: famosos"? Muchos usuarios consideran que ya eres la ganadora debido a que tu esposo es chef.
—Es gracioso porque me lo dice él también (su esposo): "Número uno, ¿acaso yo estoy cocinando por ti? Número dos, ¿acaso el hecho de que yo sea chef, te hace chef a ti? Entonces eso significa que como tú eres miss, yo también soy miss, ¿no?". La gente siempre va a buscar algo como para agarrarse, para criticar, siempre lo va a hacer. Yo ya estoy bastante acostumbrada a las críticas, pero sí me da risa porque mi esposo no es el que está cocinando por mí, es más, a las justas cocina en la casa (risas).
Yo sí tengo noción de cocina, pero no soy profesional. Si es que hablamos de ventajas o desventajas, yo creo que mi ventaja sería que tengo quizás más olfato, o más noción, o más sazón por las cosas, pero yo no he estudiado cocina, no me he especializado como chef, no soy profesional. Yo he aprendido sola, a mí nadie me ha enseñado, ni siquiera te puedo decir que mi mamá me enseñó de chiquita, porque mi mamá no cocina ni un huevo. Creo que estoy como en el mismo nivel de ventaja que las demás personas y, ahora sí, claro, si mis competidores ven que yo cocino, quizás un poquito mejor que ellos, lo único que tienen que hacer es meterse a tutoriales de YouTube y ponerse a practicar, nada más.
—Cuando sacaste tu programa "A la olla con Spoya", contaste que siempre tuviste el sueño de estudiar Gastronomía, ¿por qué ya nunca te animaste a cumplirlo?
—Sí, siempre quise estudiar Gastronomía. Siempre me ha llamado mucho la atención, creo que eso es parte de mi déficit de atención. Soy una persona muy curiosa y muy creativa. Me gusta crear cosas, o sea, no solamente en cocina, sino en general me gusta crear cosas, canciones, lo que sea. Entonces, desde muy chica, cuando veía que alguien estaba cocinando en la casa, y ahí te digo que es por eso que no nadie me enseñó a cocinar, sino que yo veía cuando alguien cocinaba y yo trataba de replicarlo a mi manera, sin que me enseñaran. Cuando yo creé el programa, para mí fue un desfogue porque yo realmente nunca había cocinado para mis redes sociales, porque siempre he sido bastante desordenada (...). Pero siempre quise estudiar cocina, pero como estuve en una familia muy tradicional, en donde o eras abogado o eras administrador o eras médico, ingeniero; mi mamá, pensaba que uno no iba a triunfar en la vida, pero le fue peor porque terminé siendo comediante, entonces le fue fatal (risas).
—Al final estudiaste la carrera de Comunicaciones y ejerciste como periodista...
—Yo empecé estudiando Comunicaciones y, bueno, esto no pasa siempre y la verdad me siento muy agradecida porque me sucedió en momentos muy tempranos de mi carrera de comunicadora. Me llamaron para narrar un programa de deportes. Comencé narrando para partidos de fútbol, tenis, basket, vóley. Entonces, me di cuenta de que no había muchas mujeres haciendo periodismo deportivo en Perú y dije:"Ok, acá hay una buena oportunidad de poder crecer sin tanta competencia". Luego, cuando me fui a México fue para buscar oportunidades como periodista deportiva y, de hecho, ya me habían dado la oportunidad de comenzar a practicar en un programa de TV Azteca con los protagonistas y ya iba a empezar a practicar con ellos. Y me llaman para el Miss Perú y ahí todo cambió porque, obviamente, comencé a hacer diferentes cosas, que ya me alejaron del periodismo como tal y, bueno, me terminó yendo mejor. Creo que no había encontrado realmente lo que yo quería hacer, o sea, siempre he sido una persona muy espontánea, muy transparente, muy divertida y creo que el periodismo me hacía más seria. Pero todo tiene su gracia también, o sea, me ha gustado hacer todo lo que he hecho, hasta he sido periodista de fantasmas, por si no lo sabías. Narraba un programa que se llamaba "Expediente paranormal", donde buscábamos fantasmas en los cementerios (ríe).
—La primera temporada de "El gran chef: famosos" fue todo un éxito, ¿tú y tus compañeros sienten presión de llegar a conectar con la teleaudiencia como lo hicieron los anteriores participantes?
—Sí, nos han dejado la valla bastante alta. Me da risa porque nos han apodado el salón A y el salón B porque, en el primer capítulo, el salón B es el 'chacotero', o sea, el salón del grupito de al fondo, el que está castigado, éramos nosotros. La verdad es que vi el programa y me maté de risa (...). La gente hizo una buena conexión con los participantes de la primera temporada y como tal les va a costar un poquito de trabajo acostumbrarse a los nuevos personajes de la segunda, pero yo creo que sí va a enganchar. Estamos tratando de ponerle la pizca de todas las personalidades que tenemos, que van a llegar a conectar con diferentes públicos. No vamos a esperar que todo el mundo nos quiera porque no va a pasar, pero por lo menos sí tratar de ser lo más transparente posible como para llamar la atención de la gente.
Yo soy muy competitiva y va a ser muy difícil que trate de fingir que no sé hacer las cosas porque la gente dice: "Ay, no, yo creo que está fingiendo hacer esto mal". ¡No! Todo lo que sale en ese programa es 100% real, porque una cosa es cocinar en tu casa y otra cosa es cocinar con tiempo, cocinar bajo presión, cocinar teniendo a los jurados de frente (...). Todo lo que sucede ahí, fuera de la comedia, es real.
—¿El jurado es tan serio como se ve en pantallas?
—Es muy estricto. Fuera de cámaras nos hablan de diferente manera, por supuesto, pero cuando están dentro de su papel como jurados son muy estrictos. Y yo creo que han entrado más estrictos porque están viendo un nivel de cocina un poco mayor. Hay personas, como Mónica Torres, que cocinan riquísimo, Natalia (Salas) también cocina, Katia (Palma) también. Hay muchos que sí cocinan rico, realmente, entonces ahí la competencia no está tan fácil tampoco. Yo ya he divisado a mis mayores competidores.
—¿Entonces consideras que Mónica Torres y Natalia Salas son tus mayores rivales?
—Natalia Salas, Mónica Torres. Por ahora, en cuanto a sabor y sazón, que yo he podido ver hasta el momento, ellas están bastante fuertes en la competencia.
Natalia Salas y Laura Spoya levantaron las alarmas en El Gran Chef Famosos tras revelarse la profesión de sus esposos. Foto: Latina
—¿Tu esposo te da algunos tips antes de ir al canal y preparar el plato que les designa el jurado?
—La gente debe pensar que mi esposo me tiene 24/7 cocinando todo para que todo salga perfecto. Hasta el día de hoy, no me ha enseñado a hacer pero ni medio arroz, o sea, todos los días me dice: "Hoy día te voy a enseñar a hacer una no sé o una paella". Y le digo: "Oye, me estás prometiendo que me vas a enseñar a hacer paellas del mes pasado" (risas). No tenemos tiempo, la verdad, es que como vinimos con los dos niños y luego mis hijos se enfermaron por el cambio de clima, ni tiempo tenemos para estar en la cocina haciendo nada. En uno de los programas que grabamos yo fui sin haber dormido cinco días enteros, pero ahí tratándole de meter el 100%.
La historia de amor de Laura Spoya y Brian Rullan inició antes de que ella gane miss Perú 2015. Foto: composición/Instagram de Latina y Laura Spoya
—¿Cuántos días de diferencia hay cuando se graba el programa y el capítulo que se emite en TV?
—Todo depende. Yo creo que el delay (la demora) es de cuatro días, no es mucho. Grabamos pegaditos para mantener la expectativa de la gente. Todavía se mantiene la emoción.
—'Fina pero con esquina', ¿de dónde viene esta frase con la que tú misma te describes?
— (Ríe) Bueno, es que la gente, cuando fui miss, obviamente, ve a las misses como si viviéramos en un palacio, perfectas, intocables, y yo crecí en La Victoria. Y yo tenía mi carrito anticuchero y en la otra esquina estaba el carrito de las raspadillas, en la otra esquina estaba el pollito, a la vuelta estaba el mercado. Entonces siempre, desde muy chica, he salido a comprar a mi carretilla, he ido acá y, vaya, desde chica, mi tío me enseñó a abrir chelas. Yo soy muy chelera. Entonces siempre he sido como bastante coloquial en ese sentido y cuando me dicen: "No, es que tú tal vez no debes ni saber", yo me río, le digo: 'Ve y tráeme una chela, que te la voy a abrir".
En el concurso (de Miss Perú) mucha gente me decía: 'Ay, qué pensará Jessica Newton de que tú haces esto y lo otro". Jessica me conoce perfectamente. A la misma Jessica yo le he abierto chelas, por eso me apodo Mowgli, por el niñito salvaje de la selva, porque yo siempre he sido así. Solamente que tengo cara de una chica fina y por eso salió 'chica fina, pero con esquina'. Alguien me lo puso, me encantó y me lo quedé.
—¿Qué opinas de la elección de Camila Escribens como miss Perú? ¿Crees que nos podría dejar en el top como lo hizo Alessia Rovegno o finalista como Janick Maceta?
—Yo pienso que sí, porque habla inglés perfectamente. Hay gente en Perú que dice que ni habla español, bueno, no lo necesitamos. O sea, no necesitamos que alguien hable español realmente para una competencia internacional. Por supuesto que debe tener bien claro de dónde son sus raíces, debe tener bien claro todo lo referente con su país, por supuesto que ella lo tiene claro, solamente que ella habla más inglés que español y para mí eso es una ventaja competitiva enorme, aunque la gente no lo vea. Ella necesita saber inglés perfecto para poder clasificar, cosa que Janick lo tenía también; Alessia habla inglés perfecto. Pienso que tiene rasgos muy diferentes a los que tiene Alessia y Janick es una persona que se ve súper exótica, se ve muy guapa, yo pienso que sí nos va a dejar en alto.
—Por último, ¿qué significaría para ti ganar "El gran chef: famosos"?
—Si alguien me pregunta qué tan importante sería para ti ganar una corona de concurso de belleza o qué tan importante sería para ti ganar un concurso de cocina, definitivamente, me voy al concurso de cocina (ríe). Sí, para mí sería bastante importante porque marcaría un inicio. Más allá de estar agradecida con la oportunidad de estar en un formato divertido, porque va completamente con mi personalidad del tipo de programa en el que estoy, va más allá porque sí va a marcar un inicio en una fase diferente, o sea, yo creo que si es que me gusta demasiado, voy a terminar muy obsesionada. ¿Quién sabe a dónde podrá llevar mi vida si gano? Porque si gano, sabiendo cocinar muy bien, quién sabe a dónde pueda ir, terminaré estudiando cocina.