“Estoy gratamente impresionado con la cantidad de gente joven que he visto en los conciertos”, comenta Alberto Plaza. Tras superar la COVID-19, vuelve a Perú (el 3 de junio en Trujillo y el 4 en el Gran Teatro Nacional) y nos cuenta que quedó sorprendido cuando supo que Sebastián Yatra era un seguidor suyo.
“Yo me alegro de haber sido una de sus influencias. ¡Imagínate! (canta ‘Tacones rojos’) O sea, es un concepto, es una vuelta de tuerca en un género como el reguetón, en el que se estaba yendo mucho (las letras) al cuerpo. Muchos de los que salen a cantar y que quieren triunfar se encuentran con la compañía de discos que les dice: ‘No, canta de la cintura para abajo, eso es lo que vende’. Y ese pobre muchacho que viene con la ilusión de cantar tiene que sacrificar sus propósitos y tiene un poco que vender con el dolor de su alma. Por eso me encanta lo que está haciendo Sebastián, elevó el nivel”, comenta.
Para el baladista, conocido por sus opiniones en las redes sociales, la responsabilidad es de las disqueras. “Yo conozco ese mundo para delante y para atrás y las disqueras son muy responsables. Las disqueras son las que definen lo que se toca. Y si algo triunfó, te hará hacer 6.000 canciones iguales. Muchas veces juntan autores para hacer sesiones creativas con los mismos acordes. Yo respeto el trabajo de los compositores, pero a mí me gusta componer solo, máximo con otro”.
Antes de su concierto, el chileno Alberto Plaza envió saludos a sus seguidores peruanos. Foto: Difusión
Plaza alista una producción en la que ha trabajado con Gian Marco Zignago, el trío Pandora, el grupo español Mocedades, Axel, Ricardo Cocciante, entre otros. “Le dan un color muy variado al disco. El reto es enorme, es el disco más importante de mi carrera”.
El cantante añade que “uno no puede estar bien con Dios y con el diablo” y que él eligió “hace mucho” dar su opinión. “Yo celebro que haya música que va por una vía diferente, que es de contenido y elaboración. Intentamos un camino un poquito más elevado en términos de lenguaje y música. Yo creo que toda la música debe convivir, pero no estoy de acuerdo en que los niños escuchen ciertas letras de reguetón. Debería haber un tipo de filtro”.