Roberto Moll considera que entró a “una máquina del tiempo” para interpretar al lado más oscuro de la historia del Perú en ‘Los otros libertadores’. Para el actor, al país llegó “lo peor” de España. “Sacaron de las cárceles a esa gente y lo peor es que la Iglesia católica se asoció”.
Después de interpretar a Beethoven en el teatro, le toca un personaje como José Carratalá, un villano en la historia.
Ha sido muy doloroso para mí porque la historia es muy sangrienta. Éramos colonia y los españoles vinieron aquí a masacrar y a destruir, eso me remueve muchas cosas; yo amo mi pueblo, sobre todo, siempre estoy del lado de la gente más débil. Soy consciente de que somos varios países dentro de uno, con diferentes objetivos, culturas, idiomas, esperanzas; y me duele mucho recordar toda esa masacre.
Le parecía necesario que se vea por señal abierta, ¿no?
Es que la historia ha sido contada por personas con muchos intereses y nos han contado muchas mentiras. Fue doloroso también, porque tuve que maltratar no solamente a esta dama de Huamanga, María Parado de Bellido, sino que Carratalá cometió muchos crímenes, mandó a quemar a pueblos enteros, mata niños, jóvenes, no le importa. Para esos españoles, nosotros éramos solo esclavos.
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¿Y cómo fue el proceso de internalización del personaje?
Lo hice encerrado horas de horas para que mi cerebro pueda ir amoldándose a esa conducta y tratar de entender tantos porqués. Pero debo reconocer que he tenido la gran ayuda de un gran director colombiano, Agustín Restrepo. Agradezco a Magaly Solier por su disciplina y rigor.
Carratalá es también machista. ¿Cómo lo describe?
Él desde la infancia tuvo problemas con su propia madre, lo torturaba, lo humillaba, él realmente llegó a odiarla. Por ende, a las mujeres. Es un machista torturado y cuando descubre que el espía es una mujer, entonces, se le remueve todo eso.e Yo he tenido a una madre extraordinaria, se graduó en la Sorbona con honores, hija única, ratón de biblioteca como la llamaba yo, fue muy exigente, pero muy amorosa. Entonces, en la escena que se vio, que le doblo la mano a esa mujer y le digo: “A veces nuestra madre nos humilla para que aprendamos la lección”… ¡Wow! Me costó mucho. Lo que vamos a ver es cruel, se ensaña con ella.
¿Lo considera un psicópata?
Sí y estoy notando que la psicopatía ha sido como un estado común en la gente que ha tomado el poder a lo largo de la historia.
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¿Cree que hay situaciones que se repiten?
Esta lucha de la independencia, para mí, ha ocurrido ayer, 200 años no es nada. Pero soy optimista, algún día, cada pueblo que integra el Perú va a tener sus necesidades básicas que la Constitución tiene la obligación de velar: el techo, la comida, la salud y la educación. Lamentablemente, hay intereses económicos muy fuertes, son los que ponen las pautas. Debería llegarse a una decisión salomónica, que todos ganen, tanto los empresarios como los obreros y empleados. Y que no permitamos ese cáncer de la codicia.
En el bicentenario, también, se muestra el papel de las mujeres en la independencia.
Sí, además, desde el inicio de la raza humana, las mujeres siempre han sido más inteligentes que los hombres. Lo digo con convicción propia porque es la verdad, por eso el hombre por miedo inventó el machismo.