Mike Tyson, uno de los boxeadores más célebres y polémicos de todos los tiempos, volverá al ring para enfrentar a Jake Paul a través de Netflix. Sin embargo, esta no será ni de cerca la pelea más difícil de su vida. Criado en un vecindario difícil, tuvo una infancia llena de pobreza y problemas con la ley. Aún en su adultez, afrontó todo tipo de controversias, incluidas sentencias de prisión por violación, problemas de adicción y sobre todo la bancarrota.
'Iron Tyson' llegó a acumular una de las mayores fortunas en el mundo del deporte. Sin embargo, su vida llena de excesos y gastos desmedidos lo llevó a la quiebra en 2003, dejando atrás una historia de millones de dólares perdidos y lecciones aprendidas. Esta es la historia de cómo un campeón del ring cayó en las trampas de la opulencia.
Mike Tyson alcanzó el estrellato a una edad temprana, convirtiéndose en el campeón de peso pesado más joven de la historia en 1986, con solo 20 años. Durante el pico de su carrera en los 80 y 90, era una figura de alto perfil, no solo por sus victorias, sino también por el impacto que tenía en los medios y su habilidad para llenar estadios. Esto le permitió amasar una fortuna estimada en más de 300 millones de dólares, una cifra que pocos boxeadores han alcanzado.
La fama y la riqueza repentina pusieron a Tyson en un estilo de vida de lujos sin precedentes. Entre sus compras más extravagantes se encuentran autos deportivos de lujo, residencias multimillonarias y joyas exclusivas. Pero sin duda, una de las decisiones más sorprendentes fue su compra de tres tigres de Bengala, los cuales llegaron a vivir en su propiedad como mascotas. Cada uno de estos felinos costaba miles de dólares en mantenimiento, desde la alimentación hasta la atención veterinaria especial.
Otra compra famosa fue una bañera de oro de 24 quilates valorada en 2.2 millones de dólares, que Tyson regaló a su entonces esposa, Robin Givens. Además de esto, su equipo de seguridad personal y su séquito de asistentes representaban un gasto diario que, con el tiempo, comenzó a acumular deudas significativas.
La caída económica de Mike Tyson fue tan impactante como sus logros en el ring. A medida que avanzaba su carrera, enfrentó problemas legales y deudas que comenzaron a crecer sin control. Su fama de vivir sin restricciones le costó caro, y en 2003, a los 37 años, se declaró oficialmente en bancarrota.
En aquel momento, Tyson ya acumulaba una deuda de aproximadamente 23 millones de dólares, una suma devastadora que incluía millones en impuestos atrasados y un gran número de obligaciones legales y personales. Nada menos que un duro golpe tanto para sus finanzas como para su reputación, ya que los medios divulgaron que el boxeador estaba ahora en números rojos.
Los problemas financieros de Tyson también se vieron agravados por las demandas judiciales. Entre ellas, el costoso divorcio con Robin Givens en 1988 y el pago de indemnizaciones a víctimas de múltiples incidentes de violencia fuera del ring. Cabe resaltar que haber sido condenado a prisión por abuso sexual también afectó directamente su capacidad de generar ingresos.
En una entrevista en 2018, 'Iron Tyson' habló sobre este oscuro momento de su vida. "En un punto, tenía todo el dinero que alguien podría soñar. Pensaba que eso me definía, pero cuando se fue, también se fue una parte de mí", reflexionó.
Entre sus declaraciones, agregó: "Había gente que me decía que estaba gastando demasiado, pero yo pensaba que el dinero seguiría llegando, que nunca se acabaría. Aprendí esa lección cuando ya era demasiado tarde".
A pesar de haber perdido su fortuna, Mike Tyson logró reconstruir su vida y su carrera con el paso de los años. Su incursión en el mundo del espectáculo, donde apareció en películas como 'The Hangover', y su show autobiográfico en Broadway, 'Undisputed Truth', le ayudaron a generar ingresos y, sobre todo, a cambiar la percepción pública sobre él. Estos proyectos no solo lo ayudaron a recuperar parte de su estabilidad financiera, sino que le dieron una nueva oportunidad para conectar con su audiencia.
Así es cómo la historia de Tyson es una de aprendizaje, donde la fama y la fortuna fueron tanto su mayor logro como su más grande caída. Hoy en día, el ex boxeador reconoce los errores de su pasado y comparte abiertamente sus experiencias para advertir a otros sobre los peligros de una vida de excesos sin control.