En el marco del APEC 2024, Perú dio a conocer la primera fase del Megapuerto de Chancay, un proyecto clave para conectar América Latina con Asia. Ubicado a 70 kilómetros al norte de Lima, esta infraestructura, desarrollada por la empresa estatal china Cosco Shipping, aspira a posicionar al país como un centro logístico de relevancia internacional.
Con una inversión de 3.400 millones de dólares, el puerto cuenta con 15 muelles, un túnel de 2 kilómetros y tecnología avanzada que promete mejorar significativamente los costos y tiempos de exportación. Este ambicioso proyecto no solo impactará el comercio peruano, sino que también tiene implicancias regionales. Sin embargo, genera preocupaciones sobre dependencia económica hacia China y posibles efectos ambientales.
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Brasil, el segundo socio comercial de Perú, exporta grandes cantidades de productos agrícolas y minerales hacia Asia. Aunque suele usar puertos atlánticos, el Megapuerto de Chancay podría convertirse en una opción estratégica al reducir tiempos de envío hasta en 12 días, lo que facilita el acceso a mercados asiáticos. Según Leolino Dourado, del Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico, ambos gobiernos y empresas buscan que este puerto funcione como un centro logístico también para exportaciones brasileñas.
Productos como soja y carne brasileña, cuya competitividad depende de entregas rápidas, podrían beneficiarse de la eficiencia del puerto. Sin embargo, la distancia entre las zonas productoras de Brasil y Chancay representa un desafío logístico significativo.
Pese al potencial de Chancay, los costos terrestres y la falta de infraestructura complementaria dificultan su uso para exportaciones brasileñas. La experiencia de la Carretera Interoceánica, que no logró cumplir las expectativas iniciales por problemas similares, ilustra estos desafíos. Por ello, la implementación de soluciones logísticas integrales será crucial para aprovechar plenamente las ventajas del puerto.
La apertura del Megapuerto de Chancay podría consolidar la relación comercial entre Perú y Brasil, especialmente si se mejoran las conexiones terrestres y se promueven acuerdos de cooperación. Autoridades brasileñas, como Simone Tebet, han evaluado el potencial del puerto, destaca su relevancia para fortalecer la integración económica sudamericana y expandir exportaciones hacia Asia.
El Megapuerto de Chancay cuenta con infraestructura capaz de recibir los buques más grandes del mundo (24.000 TEU), lo que lo posiciona como una alternativa atractiva frente a otros accesos tradicionales, como el Canal de Panamá. Además, su tecnología avanzada reduce costos y tiempos de operación, ofrece una opción competitiva para Brasil y otros países vecinos.
Así, este proyecto no solo redefine el comercio peruano, sino que también tiene el potencial de transformar las dinámicas comerciales en Sudamérica, promueve una mayor integración regional.