El buen momento que atraviesa el sol peruano, al apreciarse durante los últimos tres meses frente al dólar, ha generado que muchos se pregunten si el tipo de cambio barato impactará de forma positiva en la economía peruana, sobre todo en el precio de los alimentos, el cual afecta a diario el bolsillo de miles de peruanos.
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En diálogo con La República, el economista Eduardo Recoba explica que el impacto del dólar barato sobre la canasta básica familiar es dispar o mixto. Por una parte, indica que es saludable tener un tipo de cambio a la baja; sin embargo, por otro lado, es complicado, sobre todo para quienes proveen de insumos importados.
"Por ejemplo si importas la soya, al pagarlo en dólares, habría entre comillas un efecto que favorecería al consumidor final porque pagará menos, pero en el mercado internacional, los insumos o materias primas suben de precio. Si bien hay un dólar barato, existe un entorno de inflación global, sistémica y prolongada, que por lo menos seguirá todo el 2023", explica.
"No es tanto que un dólar barato favorezca los precios finales de una canasta básica familiar, lo que ocurre es que el tipo de cambio al estar colgado a un entorno de precios internacionales, va a provocar que haya una disrupción. Puedes tener un tipo de cambio barato, pero lo que está ocurriendo afuera resiste a una inflación muy alta. Por lo tanto, el efecto final se diluye", agrega.
El costo de la canasta básica familiar se elevó a S/415 en el 2022. Foto: Andina
Recoba hace hincapié en que en el 2022, el precio del dólar en nuestro país estaba mejor posicionado, cuando llegó a niveles de S/3,649. "Ahora estamos cantando victoria por las puras. Tampoco es que este dólar este baratito, está normal y responde a un entorno de estabilidad monetaria debido las reservas y a la posición de cambio", indica.
"Impactará un poquito. De pronto vamos a tener un aceite vegetal más barato, un pollo que regrese a los S/8,60 el kilo, pero no va más allá de eso, porque detrás hay un entorno internacional", ilustra.
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El experto explica que si bien en las economías industrializadas, la inflación está cediendo, desde la otra vereda, en economías emergentes como Perú, Chile, Colombia, la convergencia a un rango estable del sistema de precios aún es lenta .
"Probablemente observemos una mejor trayectoria de precios en 2024 a medida que haya mayor estabilización a nivel global, y que la guerra de Rusia y Ucrania modere el tono de precios sobre todo el de alimentos y energía, porque esta guerra provoca crisis alimentaria y energética", recuerda.
Temporalmente, un tipo de cambio bajo favorece al sector importador, mientras que los exportadores tendrían un impacto negativo porque sus despachos están cotizados en dólares. "Algunas cosas van a variar, por ejemplo los importadores de bienes de capital verán que sus estados financieros al cierre del segundo trimestre serán mejores que el primero", señala.
En esa línea, precisa que el tipo de cambio dibujará el resto del año una trayectoria con una volatilidad muy suave. "No vamos a ver esas obscenas subidas como en el 2021, tampoco esas caídas en 2022, que fueron muchos más destacables, sino que este año tendremos un dólar más tranquilo, moviéndose en rangos estables", comenta.
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A modo de recomendación, Recoba aconseja que los hogares peruanos, sobre todo, los de ingresos medios, deben aprovechar estos bajones del dólar para adquirir más esta moneda, aunque sea US$100 o US$/150 al mes, debido a que luego la divisa estadounidense continuará con una trayectoria de alzas. Por otro lado, también recomienda no descuidar al euro, que actualmente "es una moneda barata y tiene espacio para crecer".
Es la misma lógica. Los combustibles se explican a través del precio internacional del petróleo, que es una materia prima cotizada en dólares. "En la medida que tengamos un dólar barato temporalmente, tendríamos un derivado como un gasóleo o gasolina premium que se cotice al menos en S/17,20 el galón", explica Recoba.
"Pero esto va a revertir en la medida que el dólar nuevamente vuelva a subir, y va a volver a estar alto, porque si bien es cierto la reserva federal no va a subir sus tasas de referencia en corto plazo de manera agresiva como el 2022, las va a seguir elevando. Tampoco será un dólar con esteroides, pero va a seguir subiendo", apunta.
Recoba atribuye esta lógica por la gran cantidad de exportaciones mineras, las reservas y el buen desempeño del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), así como también a las operaciones ilegales de lavado de activos y narcotráfico.
En palabras del economista Javier Zúñiga, el tipo de cambio bajo debe impactar en los precios de la canasta básica; sin embargo, otro factor que lo frena, es que en el Perú existe mucha especulación.
"Lógicamente que con un dólar barato debería bajar los precios de los alimentos importados, el precio del petróleo, acero, insumos que hacen el cemento, medicinas, etc., pero eso demora mucho porque somos un país donde el especulador se aprovecha de la circunstancia, es decir le encanta seguir vendiendo caro cuando debe vender barato", añade.
De acuerdo a la encuesta de expectativas macroeconómicas del BCRP, los agentes económicos estiman que el tipo de cambio promediaría al cierre de este 2023 entre S/3,80 y S/3,82.