El Banco Mundial estima que, al cierre del 2022, el 31,8% de la población peruana es pobre —un tercio del total, considerando que son 10 millones 812.000 personas—. Si bien en los próximos días dará la cifra concreta sobre el ratio de pobreza al tercer año de pandemia, precisó que casi un millón y medio de ciudadanos vive en esta situación o está en riesgo de caer: 700.000 peruanos pasaron de clase media a vulnerables y otros 700.000, de vulnerables a pobres.
Tanja Goodwin, gerenta del Programa Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Banco Mundial, recuerda que los logros vistos en la recuperación macroeconómica de la pandemia se han revertido, al punto que la pobreza bruta está por niveles anteriores al brote de coronavirus, específicamente por la inflación elevada y la lenta recuperación del mercado laboral. Vale acotar que la inflación cerró el 2022 en 8,46%, su tasa más alta en casi tres décadas, y, de los 17,7 millones de trabajadores, más de la mitad es informal.
Además, otro punto en contra es la brecha de género. El mercado laboral peruano tiene una menor participación femenina y un mayor involucramiento de las féminas en el subempleo, al punto que, en promedio mensual, ellas facturan un 25% menos que los varones, según data del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Goodwin advierte que estamos en un momento crítico, en el que las personas de la franja vulnerable pueden descender a la pobreza ante cualquier choque. ¿Cómo revertir el problema? La economista sostiene que a través del sistema fiscal se puede reducir la inequidad, haciendo que se recaude más de quienes más generan y ganan, para así proveer de servicios básicos al país; pero en el Perú, al estar asfixiado por la informalidad, es difícil maniobrar por esta ruta.
En el 2021, apenas 1,3 millones de peruanos dejaron la pobreza. Foto: La República/Antonio Melgarejo Yaranga
"Hay pocos contribuyentes y aquí el peso de la recaudación cae en el IGV, que es un impuesto regresivo. Hay que pensar en hacer ajustes del sistema tributario y ampliar la base atacando la informalidad", comenta. No obstante, a diferencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), Goodwin reconoce que por ahora no contemplan aplicar un impuesto a la riqueza, como apostó en su momento el exministro de Economía Pedro Francke —aunque esta iniciativa fue aniquilada por el Congreso—.
El BM aguarda que el PBI cierre este año en 2,4% —tres puntos porcentuales menos que el MEF—; sin embargo, la tasa podría contraerse si hay una mayor crudeza en los desastres naturales, volatilidad política y la inflación al alza. En tanto, por el lado externo, los riesgos son los ajustes rápidos de las tasas de interés internacional y que los precios de las materias primas retrocedan.
"Si estos eventos se materializan, se acabaría la confianza empresarial y por ahí podría, de alguna manera, impactar en las perspectivas de crecimiento", sostiene Daniel Barco, economista senior del Banco Mundial en Perú. No obstante, indica que hay factores que podrían ayudarnos a crecer más, como el repunte económico de China, nuestro principal socio comercial, y del precio del cobre, uno de nuestros productos más demandados afuera.
Recordemos que el Gobierno de Dina Boluarte lanzó hace unos meses la Política Nacional de Desarrollo e Inclusión Social, con la cual se espera reducir al 20% la pobreza monetaria recién en 2030, bajo un enfoque "transversal y multidimensional" para cerrar las brechas que determinan la calidad de vida de los peruanos. Además, el BM espera que la pobreza en nuestro país se mantenga por encima del 30% hasta el 2025.
Tanja Goodwin, Gerenta del Programa Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Banco Mundial
“Hay que ampliar los accesos a servicios públicos como agua o internet (…). Los hogares deben ser resilientes para los choques. Se debe adoptar la protección social a un enfoque urbano, ya no rural”.
Infografía - La República