Por décimo mes consecutivo, los precios mundiales de los alimentos registraron un retroceso en enero de este año, informó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Además, la entidad publicó sus previsiones sobre el suministro de cereales, que seguirá siendo escaso en el 2023.
De acuerdo al índice de precios alimentarios de la FAO, que sigue la evolución mensual de los precios internacionales de una cesta de productos, se registró una media de 131,2 puntos durante el primer mes del año, un 0,8% menos que el mes previo y un 17,9% por debajo de su máximo alcanzado en marzo de 2022.
En detalle, fueron los precios de los aceites vegetales, los productos lácteos y el azúcar que impulsaron el descenso de enero. En tanto, el valor de los cereales y la carne se mantuvieron prácticamente estables.
A través de un comunicado, la FAO precisó que el indicador de los precios de los cereales se mantuvo prácticamente sin cambios (apenas un 0,1% más) respecto a diciembre y que se situó un 4,8% por encima de su nivel de un año antes. En tanto, el valor internacional del trigo bajó un 2,5%, ya que la producción en Australia y la Federación Rusa superó las expectativas.
Por su parte, el precio del maíz subió ligeramente debido a la fuerte demanda de exportaciones de Brasil y a la preocupación por la sequía en Argentina; mientras que los del arroz registraron un incremento de 6,2% respecto a diciembre.
Disminuyeron, asimismo, los valores de los aceites vegetales: un 2,39%. Los de palma y de soja bajaron en medio de una moderada demanda mundial de importaciones, mientras que los de girasol y de colza disminuyeron a raíz de las amplias disponibilidades para la exportación, explicó la FAO.
También bajaron los precios de los productos lácteos (1,4%), los del azúcar (1,1%) y los de la carne (0,1%).
En su último informe de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales, se elevó la previsión para la producción mundial de cereales en 2022 a 2.765 millones de toneladas, un 1,7% por debajo de los resultados de 2021.
Para 2023, la FAO indicó que los primeros indicios apuntan a un probable aumento de la superficie de cultivo de trigo de invierno en el hemisferio norte, especialmente en Estados Unidos; mientras que se estima que las graves repercusiones de la guerra en Ucrania reducirán las plantaciones de trigo de invierno en un 40%.
Frente al año anterior, la FAO pronostica que la utilización mundial de cereales en 2022-2023 disminuirá un 0,7% para ascender a 2.779 millones de toneladas, con una caída de la del maíz; en tanto, crece la de trigo y la de arroz varía poco de un año a otro.
La previsión para las existencias mundiales de cereales se sitúa en 844 millones de toneladas al final de la campaña comercial, con lo que la relación existencias/utilización mundial para 2022-2023 se reduce al 29,5%.