El cobre mostró una fuerte caída este martes 12 de junio -al tiempo que el dólar, su principal competidor, va ganando terreno al euro- y se ubicó sobre los US$ 3,343 la libra en la Bolsa de Metales de Londres (BML).
Con este lesivo retroceso de 3,3% para el primer metal de exportación del Perú, la materia prima alcanza también un promedio de US$ 4,371 por libra en lo que va del 2022, con un ascenso de 5,8% sobre el periodo previo.
El metal rojo ya acumula pérdidas sobre el 30% desde marzo debido a los temores de una posible recesión global, arrastrada por el encarecimiento de las energías en las principales potencias del hemisferio norte y el repunte de las tasas de interés en Estados Unidos, que ve con recelo los avances de la inflación.
No obstante, el escenario podría volverse aún más complicado, debido a que el principal consumidor de cobre en el mundo, China, continúa fortaleciendo su política de cero casos de COVID-19, contexto muy propicio para el cierre de fábricas y confinamiento de ciudades.
Por su parte, Goldman Sachs revisó este martes a la baja sus proyecciones para los precios del cobre. De acuerdo al banco de inversiones internacional, el commodity pasaría de US$ 8,650 a US$ 6.700; US$ 10,500 a US$ 7.600; y US$ 12.000 a US$ 9.000 la tonelada a 3, 6 y 12 meses, respectivamente, frente a su anterior estimación.
En esta línea, Goldman Sachs pronostica una caída para el segundo semestre del 2022 hasta reflejar un “estancamiento a corto plazo”, y ve una recuperación gradual “durante la primera mitad del 2023″, según consignó la agencia Reuters.
Así, el cobre pasaría en el corto plazo de US$ 8.875 a US$ 7.200 en precio promedio para el segundo semestre, y una recuperación hacia el próximo semestre horizonte de US$ 8.000 frente a los US$ 10.250 anteriores.
Finalmente, el déficit del cobre previsto para el año es solo ligeramente menor: 119.000 toneladas frente a las 197.000 previstas en diciembre del 2021, lo que equivale a una baja del precio del 5%.