La reforma del sistema de pensiones es un bien necesario, considerando que tanto el público como el privado han demostrado falencias que se reflejan en la escasa cobertura de uno, como en la frivolidad del otro. Alarco discierne sobre el camino a seguir.
¿Cuáles son los problemas que lastran a ambos sistemas de pensiones?
Son muchos: fragmentación de sistemas, reducida cobertura de la población, pensiones reducidas, aportes discontinuos de los trabajadores, fondos acumulados insuficientes, comisiones de las AFP elevadas, entre otros. Ahora se agrega descapitalización de los fondos por todos los desafortunados retiros aprobados por el Congreso y rentabilidad negativa por la situación nacional e internacional.
¿Qué pilares deben regir la reforma previsional?
Que toda la población trabajadora esté comprendida en el sistema y que al final de la vida laboral se reciban pensiones acorde con los costos de vida. Asimismo, que el sistema con aportes del Estado pueda cubrir una pensión mínima para quienes no aportaron al sistema.
¿Por quién debería ser administrado el nuevo sistema?
Debe articular varios subsistemas. En primer lugar, una unidad recaudadora que centralice los aportes de los trabajadores, empleadores y del Estado. La unidad recaudadora podría ser un ente público o público-privado; con buen gobierno corporativo, transparencia absoluta, entre otras características. Por otra parte, estarían las AFP actuales, bancos, financieras y compañías de seguros autorizadas que quisieran operar y concursar por estos recursos. La ONP podría convertirse en una AFP pública que opere con un sistema solidario como el actual y, al mismo tiempo, de cuentas individualizadas dependiendo del deseo del trabajador.
¿Debería tomar las recomendaciones de los anteriores informes?
Claro que sí, en particular las propuestas de la comisión liderada por la congresista Omonte. Asimismo, habría que revisar los aportes de otras comisiones en el tiempo y las de otros países como la chilena.
Las AFP proponen que el Estado aporte para que los independientes accedan a pensiones. ¿Cómo evalúa ello?
No lo veo mal; pero estos recursos deberían ser concursados entre las AFP y otras instituciones financieras autorizadas para asignarse entre las que ofrezcan las mejores condiciones al Estado y por tanto a los futuros pensionistas. Sin embargo, debe quedar claro que estos aportes deben ser complementarios a los que realicen los trabajadores independientes. Si estos no aportan voluntariamente, solo accederían a una pensión mínima que no tendría por qué pasar a través del sistema financiero.