Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la pobreza extrema habría alcanzado a 86 millones de personas en Latinoamérica en el 2021.
Esta realidad arrastró a 5 millones de ciudadanos a esta situación, considerando que durante el primer año de pandemia la región contaba con 81 millones de pobres extremos.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, alegó que se retrocedieron 27 años con el repunte de la pobreza extrema pese a la recuperación económica del año pasado y a la disminución del total de pobres (ver infografía).
“Argentina, Colombia y Perú alcanzaron los niveles más altos, sobre todo, en pobreza extrema”, agregó Bárcena.
Durante el 2020, la pobreza extrema en el Perú pasó de 2,9% a 5,1%, arrojando a 1 millón 664.000 peruanos a esta condición; sin embargo, dicho incremento tiene un impacto relativamente menor si se lo compara con la subida de 20% a 30,1% de la pobreza (9,9 millones), y según el director de investigación del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), Javier Herrera, se tiene la mayor diferencia entre las dos formas de incidencia.
“La pobreza extrema aumentó relativamente poco porque afectó menos al área rural que a la urbana, a diferencia de la pobreza total. Sumado a que los que estaban fuera de la pobreza –léase, vulnerables– no fueron mapeados y ahora abarcan hasta un tercio de la población”, enfatizó.
Herrera sustenta que, pese al mayor ratio que dejó el 2020 con 13,7% de la pobreza extrema rural frente al 2,9% de la urbana, al haber un menor número de habitantes en el campo, son las grandes urbes las que concentran más pobres extremos.
El especialista considera crucial apostar por la tecnificación de los mercados e incentivar la protección social ante las sequías o lluvias, así como una mayor conectividad para no dejar al margen a ninguna vivienda pese a la lejanía.
Mientras que en el ámbito urbano, pide no desproteger la calidad ni generación de empleo, y cuidar a los hogares de la inflación con bonos focalizados.
Por su parte, el presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, Federico Arnillas, cree que pese al buen desempeño de la economía peruana en el 2021, ello no garantizará una mejora en la calidad de vida.
Arnillas precisa que los datos más cercanos para medir la pobreza son los del empleo informal. En ese sentido, según el último reporte del INEI a nivel nacional –al tercer trimestre del 2021–, el empleo informal alcanza a 9 millones 516.900 ciudadanos, un 22,9% más que el mismo periodo del 2020.
Francisco Guzmán señaló que el problema de la informalidad se plasma todos los días en las calles de Chiclayo. Foto: Urpy/ La República
Riesgo. Actualmente, son 11 millones de peruanos que están en situación de vulnerabilidad y podrían caer en pobreza monetaria a raíz de la COVID-19.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva Cepal
“En el 2021 se supone que hubo una gran recuperación económica de 6,2% del PBI (en la región), pero hubo un retroceso de 27 años. Pasamos de 81 millones a 86 millones de personas en la extrema pobreza”.
Federico Arnillas, presidente de la MCLCP
“Hay una mayor necesidad de protección social ante la inflación porque afecta al acceso de bienes de consumo esencial. Más que focalizada, debe diversificarse para atender las distintas necesidades”.
Infografía - La República