El Banco Mundial mantuvo en 3,2% su proyección de crecimiento económico de Perú para este año. Pese a recortar la previsión para la economía global.
En tanto, para el 2023, la institución estima un crecimiento de 3% para la economía peruana.
“En Chile y Perú, se proyecta que los fuertes repuntes cíclicos en el 2021 se suavicen en el 2022. En Perú, se espera que el deterioro de la confianza empresarial en el contexto de una gran incertidumbre política, junto con el reciente restablecimiento de la regla fiscal, propicie una desaceleración del crecimiento”, detalló.
Sobre el crecimiento mundial, advirtió que se desacelerará este año y la situación podría empeorar por el impacto de la variante ómicron de coronavirus, que se propaga acentuando la escasez de mano de obra y los problemas logísticos.
La entidad revisó a la baja su previsión de crecimiento del PBI global para 2022 en 0,2 puntos porcentuales, hasta el 4,1% después del 5,5% de 2021.
“Las perturbaciones económicas provocadas por ómicron podrían reducir aún más el crecimiento global este año, de 0,2 a 0,7 puntos porcentuales adicionales, hasta 3,9% o incluso al 3,4%”, añadió el organismo.
Señaló que, en el peor escenario, la mayor parte del impacto se sentiría en el primer trimestre de 2022, seguido de un repunte notable en el segundo trimestre.
Ayhan Kose, jefe de previsiones del BM dijo que la cuarta ola de covid provoca por el momento menos restricciones que la de 2020 “y si el brote disminuyera pronto, el impacto económico sería más bien leve”.
No obstante, “si la variante omicron se afianzara en el tiempo, con un número elevado de contagios y presiones sobre el sistema sanitario, entonces el crecimiento sería más débil”.
En este supuesto, la escasez de mano de obra aumentaría, perturbando aún más las cadenas de suministro mundiales y alimentando el alza de precios.
Ante una inflación galopante, el banco central estadounidense podría subir brutalmente las tasas de interés de referencia, lo que elevaría el costo de endeudamiento para los países emergentes, ya de por sí con deudas récord.
En ese contexto podría erosionarse la confianza de las empresas y de los hogares. En última instancia, el consumo y los flujos comerciales, que son el motor del crecimiento mundial, se verían afectados.
Para 2022, el Banco Mundial ya ha revisado a la baja el crecimiento del volumen del comercio mundial hasta 5,8% (-0,5 puntos porcentuales) tras un repunte del 9,5% el año pasado.