Hoy se inicia un nuevo camino para más de 2,2 millones de peruanos dedicados a la agricultura familiar, aquella que abastece los mercados y provee de alimentos a la gran mayoría de nosotros.
Desde la fortaleza de Sacsayhuamán, el presidente Pedro Castillo, acompañado del ministro de Agricultura, Víctor Maita, pondrá en marcha la primera etapa de una de las promesas angulares de su campaña, que incluye un nuevo esquema para la movilización y capacitación de los productores, así como la tecnificación e industrialización del agro nacional, mediante la entrega de créditos a estas unidades productivas que representan hasta el 97% del total de las existentes en territorio patrio.
Para Clímaco Cárdenas, presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), hay dos acciones que tienen que discutirse: primero, en el corto plazo, apoyar a los agricultores pequeños, medianos y de la agricultura familiar en esta campaña de siembra, porque los precios de fertilizantes se han incrementado en más del 100%, lo cual va a suponer una menor productividad. Reconociendo, además, que hay un considerable incremento en el precio de los alimentos en el mundo que no va a decaer.
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“Nosotros pensamos que las reformas son procesos profundos. En este horizonte, desde Conveagro entendemos esta reforma como un proceso de acompañamiento del productor nacional, para garantizar la seguridad alimentaria del Perú, pero, adicionalmente, hay que generarle la devolución al mercado, donde se comercializan nuestros productos. Tener claro los mecanismos de franja de precios, protección arancelaria, fin de los monopolios, ahondar en el desarrollo del mercado con valor agregado”, indicó Cárdenas.
En efecto, más del 83% de los trabajadores agrícolas realiza agricultura familiar y es la base de la seguridad alimentaria de la población. Hay seis regiones donde los trabajadores dedicados a la agricultura familiar representan más del 50% y en otras siete superan el 30%, dentro de un universo de 3,8 millones de trabajadores agrícolas, según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
Para Gabriel Amaro, director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), es necesario ver a la agricultura peruana como un sistema alimentario, compuesto por una diversidad de actores (proveedores, productores, comercializadores, agroexportadores, empresas, pequeñas unidades familiares, etc.), interrelacionado con el sistema alimentario global.
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“Son dependientes uno de otro. No puede solamente hablarse del sistema alimentario nacional. Y para que den el salto se debe considerar en las conversaciones al sector privado, que desde hace muchos años ya se encuentra en el mercado nacional formal y tienen el camino armado”, subrayó.
Minka. Maita Frisancho destacó la importancia de trabajar de forma coordinada con todos los gobiernos regionales y locales para la segunda reforma agraria. Foto: difusión
Por ello, el representante de AGAP recomendó que debe buscarse un modelo asociativo en donde prime la confianza entre los miembros y el esfuerzo común para tener un producto de calidad, que pueda ser aceptado con todas las condiciones que requiere el mercado.
Agregó que este modelo es necesario porque el 83,7% de los 2,2 millones de productores o unidades productivas agrarias que existen en el país tiene menos de 5 hectáreas, y el 63,9% se ubica en la sierra.
“Ello quiere decir que las unidades productivas agrarias son en su mayoría pequeños productores familiares de la sierra del país, y el objetivo con ellos debe ser elevar su productividad y hacerlos más competitivos para llegar a los mercados formales”, precisó.
La nueva reforma agraria consta de nueve ejes centrales que contemplan medidas concretas para promover la competitividad de los pequeños productores en la conquista de mercados y obtención de mayores ingresos. Entre ellos figura la promoción de la seguridad alimentaria, impulso de la asociatividad y el cooperativismo, y la ejecución de acciones de infraestructura hidráulica. Destaca, además, un nuevo esquema para la producción local de fertilizantes a partir de fosfatos que el Perú tiene en Bayóvar.
Ayer se aprobó la transferencia de S/ 400 millones a favor del Midagri, a efectos de fortalecer el Fondo Agroperú, destinado a garantizar la inclusión financiera, continuidad de negocios y reconversión productiva de los pequeños productores agropecuarios organizados bajo cualquier forma asociativa
Según la FAO, hay tres tipos de agricultura familiar: de subsistencia, intermedia y consolidada. La primera es de autoconsumo. Sin tierras ni ingresos de producción, los agricultores deben arar la tierra para otro.
La segunda tiene una mayor dependencia de la producción propia, pero tiene dificultades para generar excedentes que le permitan la reproducción y desarrollo de la unidad productiva.
La última, la ideal, se distingue porque tiene sustento suficiente en la producción propia, explota recursos de tierra con mayor potencial, tiene acceso a tecnología, capital, productos y genera excedentes para la capitalización de la unidad productiva.
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Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro
“Tener claro los mecanismos de franja de precios, protección arancelaria, fin de los monopolios, ahondar en el desarrollo del mercado con valor agregado. Todo ello tiene que partir por un Estado que asuma su rol”.
Gabriel Amaro, director ejecutivo, AGAP
“Nosotros, como AGAP, estamos a disposición para apoyar con conocimiento y experiencia, como peruanos parte de la familia agraria, al desarrollo del sector; a fin de incorporar al pequeño agricultor a la cadena moderna”.
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Infografía - La República
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