La inflación en Estados Unidos se desaceleró en julio respecto a junio y se mantiene estable en un año, según el índice del IPC publicado el miércoles 11 de agosto por el Departamento de Trabajo.
En ese sentido, los precios subieron un 0,5% en julio con respecto a junio, un aumento menor que el de junio en relación a mayo (0,9%) y en línea con las expectativas de los analistas.
Ese ritmo del índice general más lento que el mes anterior se registra al disiparse algunos impactos de los cierres y paralizaciones derivadas de la pandemia de coronavirus.
Los precios de la energía colapsaron cuando las restricciones contra la expansión de la COVID-19 obligaron a cerrar empresas y reducir transportes; pero a medida que las campañas de vacunación permitieron que la economía comenzara a volver a la normalidad, los precios de la gasolina se dispararon.
Los precios de la gasolina subieron un 2,4% en comparación con junio y crecieron un 41,8% en comparación con julio de 2020, según el informe.
Los precios en el surtidor se han convertido en una responsabilidad política para el presidente demócrata Joe Biden.
La Casa Blanca pidió este miércoles a los productores agrupados en la OPEP+ (la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados) que hagan más esfuerzos para impulsar la oferta y aliviar los aumentos de precios a nivel mundial.
“El aumento de los costos de combustible, si no se controla, podría socavar la recuperación mundial en curso. Aunque la OPEP+ se puso de acuerdo recientemente para aumentar la producción, esto no borrará los recortes que se impusieron durante la pandemia”, afirmó en una declaración obtenida por la AFP.
Con información de AFP.