Dejar enchufados los artefactos eléctricos de nuestro hogar es una práctica común y hasta podríamos pensar que inofensiva. Sin embargo, esta práctica genera un gasto de luz adicional que a simple vista es indetectable, pero que se convierte en un problema a la hora de pagar el recibo. Se trata del consumo fantasma de electricidad.
Según información del Ministerio de Energía y Minas, este se da cuando los equipos están apagados pero siguen enchufados, lo que genera que continúen consumiendo energía sin que una persona realmente haga uso de dichos electrodomésticos.
A raíz de esto, la recomendación es que se desconecten electrodomésticos como el decodificador de televisores, que consume un promedio de 43,4 watts. De igual forma, las computadoras portátiles o laptops consume un promedio de 8,9 watts, los hornos microondas consumen 3,8 watts y los televisores consumen 6,6 watts.
Hacer este pequeño cambio en nuestra rutina diaria puede significarnos un ahorro que puede resultar muy útil en esta época de crisis.
Dentro del marco del estado de emergencia, extendido hasta el 30 de junio y por la pandemia de la COVID-19, el Gobierno dispuso ampliar el fraccionamiento del pago de servicios de energía eléctrica.
Según el Decreto de Urgencia 062-2020, se incluye en esta medida a los usuarios residenciales que consuman hasta 300 kW/h mensuales y cuyos recibos se emitieron en mayo o lo que dure el estado de emergencia.
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