Estados Unidos aprovechó la 50 edición del Foro Económico Mundial, que ha concluido este viernes, para dejar claro que no tolerará que Europa aplique, país por país o de forma conjunta, una tasa a las empresas digitales, y ha amenazado como represalia con imponer aranceles del 25 % a los productos europeos.
Despejadas las tensiones comerciales con China, una vez aprobada una primera fase de acuerdos, y en pleno año electoral, el presidente estadounidense Donald Trump ha dejado dos mensajes bien claros en el foro realizado en Davos, Suiza.
Uno, que el cambio climático es una patraña de profetas "del Apocalipsis", y otro que impondrá aranceles de hasta el 25 % si Europa persiste en poner en marcha la tasa digital, que en Francia se aprobó el pasado año y se conoce como GAFA (acrónimo de Google, Apple, Facebook y Amazon).
Se trata de un impuesto a las empresas de servicios digitales que España no descarta imponer de modo unilateral si no hay consenso en Europa para aplicarla de forma global, tal y como señaló en Davos Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
Lo que busca el impuesto es gravar a los gigantes de internet cuyos ingresos anuales superan los 750 millones de euros a nivel mundial, de modo que paguen un 3 % de su facturación en los países en los que operan.
La ministra Calviño confía en que en el marco de la OCDE se alcance un principio acuerdo en junio, de modo que en 2020 haya una solución global. Si ello no fuera posible, "España tendrá que empezar a actuar en el ámbito nacional", tal y como dijo en Davos.
Aunque Donald Trump y su homólogo francés Emmanuel Macron acordaron una tregua y Francia decidió aplazarla, uno de los escuderos recurrentes del presidente estadounidense, el secretario del Tesoro Steven Mnuchin, se lanzó en Davos a tumba abierta y amenazó en directo al Reino Unido y al resto del continente con aranceles del 25 %.
Sin inmutarse, Mnuchin le espetó al ministro británico de Economía, Sajid Javid, que su país no dudaría en aplicar "represalias arbitrarias" si el Reino Unido sigue con sus planes de aplicarla a partir de abril, si bien de forma temporal.
El Gobierno estadounidense ha defendido en todo momento que prefiere alcanzar acuerdos bilaterales país por país, como el que espera cerrar en breve con el Reino Unido, antes de que la OCDE o la Unión Europea, si aquella fracasa, consigan un acuerdo internacional.
Más contundente se ha mostrado el Gobierno francés, cuyo ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, reiteró en Davos que el país "jamás" retirará la tasa, cuya puesta en marcha se aplazó únicamente para que la OCDE pueda encontrar una solución global, que el organismo prevé en principio para antes de fin de año.
Un día después, en respuesta al ultimátum nada velado de Estados Unidos, Le Maire proclamó que no hay ningún proyecto de acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos; por lo que respecta a Francia, se ha fijado como criterio no aceptar la firma con un país que no se haya comprometido con los Acuerdos de París sobre el cambio climático.
Aunque la postura estadounidense parece inamovible, Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se comprometieron en Davos a seguir buscando una solución a las disputas bilaterales que evite caer en una guerra comercial desastrosa.
Bruselas espera ahora a que José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, presente una propuesta sobre la fiscalidad digital que pueda ser aceptable para todos, aunque el mexicano se mostró cauto en Davos y aseguró no ser ni optimista ni pesimista, sólo “activista”.
Fuente: EFE