Los hombres siempre han tenido mayor protagonismo en el mundo empresarial. Esto por creencias y tradiciones que poco a poco han comenzado a superarse. Muchos de nosotros hemos tenido madres o abuelas que decidieron quedarse en casa para asumir un único rol en su vida: la labor doméstica.
Sin embargo, hay peruanas que se han atrevido no solo a ingresar al mundo profesional, sino que se fijaron el objetivo de ocupar puestos de liderazgo. Así, algunas optan por el emprendimiento, como es el caso de Marina Bustamante, fundadora de la reconocida empresa peruana Renzo Costa.
“Cuando yo empecé a trabajar no había mujeres emprendedoras, solo hombres. Las mujeres hacían negocios, pero eran más las que apoyaban al esposo, y los logros eran de ellos. Entonces, nosotras estábamos detrás del escenario”, recuerda la empresaria. Su compañía comenzó en los setenta.
Bustamante relata cómo tuvo que desafiar prejuicios existentes en su propio seno familiar: “Poco a poco las cosas han ido cambiando para bien. Mi padre me decía: ‘Tú no puedes hacer negocios porque los negocios son para los hombres. Las mujeres quiebran, fracasan’”. Y con su propia historia de vida demostró que eso era falso.
Renzo Costa comenzó tomando ventaja de una oportunidad. “Era una época en la que no existía la importación de ropa porque estaba prohibida. Y yo decidí aprovechar esa coyuntura”, explica Bustamante, quien se dispuso entonces a fabricar correas, bolsas, maletines y billeteras para abastecer una demanda insatisfecha.
La mayor dificultad, señala la empresaria, sin dudar, fue la escasez de dinero. Sin embargo, personas y compañías decidieron apostar por su proyecto.
Bustamante, por su experiencia, destaca dos aspectos clave que debe tomar en cuenta todo emprendedor: rodearse de un buen equipo de profesionales y ser rebelde, como lo fue ella cuando decidió no escuchar a su padre.
Mónica Reyes, gerente de alianzas estratégicas de Wayra Perú, también considera que es importante salir de la zona de confort. Y ella ha aplicado esa filosofía en su vida profesional, pues ha tenido experiencias en diversas áreas como recursos humanos, comunicaciones y finanzas. Hoy lidera el brazo de la empresa de Telefónica dedicada a impulsar startups.
“Puedo decir que en los últimos ocho años es cuando más he aprendido. Al trabajar en Wayra he conocido más de tecnología y de las innovaciones digitales que recién se están dando”, destaca Reyes.
La ejecutiva explica que cuando ingresó a Wayra fue al principio solo para diseñar su estrategia de financiamiento y de inversiones. Pero hoy ve más de cerca los casos de emprendimiento que acuden a la entidad en busca de apoyo.
"Ser líder también es preocuparte por la gente con la que trabajas, tener en cuenta sus aspiraciones, dejar ir a alguien si es para bien", reflexiona.
Reyes labora en Telefónica desde hace veinticinco años, cuando era practicante preprofesional, destaca que siempre ha contado con el apoyo de sus colegas varones. Asegura que esto fue importante, sobre todo, mucho antes de su ingreso a Wayra, cuando uno de sus hijos fue diagnosticado con el síndrome de West. Dicha enfermedad se caracteriza por convulsiones que se pueden dar a partir de los seis meses de edad.
“La empresa me ayudó con un horario flexible cuando eso antes no existía. Creo que si no hubiese seguido trabajando, tampoco hubiera podido ayudar a mi hijo”, resalta Reyes.
Estas historias son muy distintas, pero nos demuestran que la perseverancia y el salir de la comodidad pueden dar grandes satisfacciones.