El Mundial de Qatar 2022 no se iba a realizar en esa sede hasta un mes antes de la votación. Era 2010 y las cuentas daban ganador a la candidatura de Estados Unidos, según contó el periodista abocado al crimen organizado Declan Hill en un documental producido por La media inglesa. Dicha información le fue comunicada por el entonces presidente de la FIFA, Sepp Blatter.
También hubo un cambio en la normativa para la elección de sedes que lo hizo posible. Hasta antes de 2010 se elegía, por plazos, solo a un país para celebrar la copa del mundo. Aproximadamente en octubre de ese año se anunció a las confederaciones la doble postulación para el 2018 y 2022.
Algunas naciones se repartieron y otras se unieron. Para el 18 se presentaron Rusia, Inglaterra, Países Bajos-Bélgica y España-Portugal. Para el 22 fueron Corea del Sur, Japón, Australia, Estados Unidos y Qatar. Esta decisión habría inducido a “trapichear con votos y apoyos de cualquier tipo a otros candidatos y, en algunos casos, incluso directamente al soborno“, dijo el reportero de investigación del The Mail on Sunday Nick Harris en la producción referida.
Veintidós de los veinticuatro representantes sufragarían confidencialmente. Los dos que fueron inhabilitados, Reynald Temarii y Amos Adamu, tenían antecedentes de sobornos aceptados a cambio de sus votos.
Los cortesanos de la FIFA posibilitaron que la postulación de Qatar resultase ganadora, según la versión de quien denunció al organismo por corrupción y era entonces directora de comunicación de la candidatura de Australia, Bonita Mesiades.
Ella describe a estos personajes como agentes utilizados para “averiguar qué querían los VIP de la FIFA, a cambio de qué votarían por Australia, Rusia, Qatar, Corea o el país que fuera, y qué podían hacer para lograrlo”.
Experiencia parecida pasó Miguel Ángel López, director general de la candidatura España-Portugal. El encargado confirmó sus sospechas de los ejecutivos de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) cuando apareció el siguiente mensaje en su bandeja de email.
Los españoles pensaban que los americanos querían visitar los estadios europeos, pero las intenciones, al parecer, eran otras. Foto: captura de pantalla de La media inglesa.
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Nick Harris recordó que el mismo 2010 se juntaron en un cónclave qatarí el vice primer ministro ruso con varios altos funcionarios de esos dos países. Acordaron enrumbarse en la explotación petrolera. A su coordinación la llamaron el Pacto de Doha.
Representantes de Qatar también se contactaron con el presidente de la Asociación de Fútbol de Tailandia, según le informó al periodista Declan Hill un excontacto corredor de apuestas ilegales de Asia, Joe Lim. “Hicieron un trato para que Tailandia consiguiera una planta de gas natural licuado de miles de millones de dólares. Eso es llevar las cosas a un nivel completamente distinto“, contó.
También estuvieron implicados en compra de votos los sudamericanos Julio Grondona (muerto) y Ricardo Teixeira. Documentos desclasificados de Estados Unidos los consignan como aceptadores de sobornos en relación con Qatar. “Lo que no sabemos exactamente es qué mecanismo utilizaron para obtener el dinero“, explicó Harris, reportero del The Mail on Sunday.
Pero la reunión decisiva fue en noviembre de 2010. En el Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia de la República francesa, confabularon el entonces jefe de Estado, Nicolas Sarkozy, qataríes, y el otrora presidente de la UEFA, Michel Platini.
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Antes de ese fundamental encuentro, “la votación estaba 12 a 10 a favor de Estados Unidos; sin embargo, en la mañana posterior a su encuentro con el presidente, Platini anunció que tanto él como otros tres directivos europeos iban a cambiar su voto a favor de Qatar”, recordó Hill.
El director general de la candidatura España-Portugal, Miguel Ángel López, rememoró que en la última reunión previa a los comicios del 2 de diciembre, Sepp Blatter le dijo que lo ideal es “siempre (…) buscar (para que sea sede a) un país en que el producto interior bruto crezca, como subió en Sudáfrica 4 puntos“. Supo entonces que no ganarían. Los socios Rusia-Qatar se encaminaban a la victoria.
Así fue. Para el 2022, los números terminaron con 14 votos a favor de Qatar y solo ocho en beneficio de Estados Unidos.
Lo que la FIFA ignoraba era que desde un año antes de la votación, en 2009, el FBI junto al Departamento de Justicia de Estados Unidos convencieron al representante estadounidense ante el ente rector Chuck Blazer —también acusado de delitos financieros— a que asistiera a todas sus reuniones ejecutivas con un micrófono oculto.
Pese a que en mayo de 2011 el exvicepresidente de la FIFA, Jack Warner, denunció a Sepp Blatter por aceptar sobornos y que, ante su absolución y posterior reelección, el presidente del organismo quiso limpiar la imagen institucional de la multinacional, su pretensión falló.
Un año después, en obediencia a los encargos de poder, el Comité Ético de la FIFA delegó una investigación sobre la votación del 2010 a una comisión liderada por el abogado Michael García.
Declan Hill tuvo acceso al acuñado Informe García: “Esa investigación fue una auténtica broma (…) Investigaron a todos (…) menos a los rusos y qataríes, justo los dos países que ganaron. ¿Qué sentido tiene? Y las excusas que emplearon para no investigar eran increíbles. (…) Los rusos le dicen a García que han borrado todos los discos duros, y García, que tenía que investigar si Rusia y Qatar habían pagado sobornos o lo que fuera, responde: ‘Pues supongo que la investigación ha terminado’”.
Fines de mayo del 2015. La FIFA convoca a elecciones presidenciales en su sede de Zúrich, Suiza. Sepp Blatter se prepara para su quinta reelección consecutiva. De pronto, el FBI allana la sede principal del organismo futbolero más importante de la esfera global.
En coordinación con las autoridades suizas, se arrestó a siete de los encausados por 47 cargos, entre ellos asociación delictiva, fraude electrónico y blanqueo de dinero durante dos décadas. El entonces director de investigación de criminales del Servicio Interno de Impuestos (IRS por sus siglas en inglés) Richard Weber dijo en conferencia de prensa, sentencioso: “Es realmente el mundial del fraude y hoy sacamos a la FIFA una tarjeta roja”.
La inmediata consecuencia fue la dimisión de Blatter a principios de junio, sindicado por la justicia internacional como líder de “un sindicado de crimen organizado“.