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Diego Guastavino sobre volver a Universitario: “No sería necesario ahora” [ENTREVISTA]

Una de las principales figuras de la Liga 1 brindó detalles de su grato presente. Además, contó por qué se unió a Embajadur Crema, el proyecto de exjugadores de la U.

Cuando el coronavirus llegó al Perú en marzo, varios futbolistas extranjeros retornaron a sus países. La preocupación de Diego Guastavino estuvo latente e inició una campaña junto a otros compatriotas varados para volver a Uruguay mediante un vuelo humanitario. Necesitaba estar con su familia luego del brote de la COVID-19 y el aumento notorio de casos en territorio nacional.

Sin embargo, después de seis meses, la Liga 1 Movistar se reanudó y, con ella, volvió un Guastavino goleador. El volante uruguayo anotó cuatro goles consecutivos con Carlos A. Mannucci de Trujillo en cuatro fechas disputadas y metió a su equipo en la lucha por el título del Torneo Apertura.

Diego Guastavino brindó detalles de su grato presente. Además, contó por qué se unió a Embajadur Crema. (Gráfica: Fabrizio Oviedo/La República).

En entrevista exclusiva con La República, el deportista contó detalles del grato presente que protagoniza en el equipo que dirige Pablo Peirano y el cariño que lo mantiene unido a Universitario de Deportes luego de unirse a Embajadur Crema.

¿Cómo fue volver al fútbol después de tanto tiempo de para por la pandemia?

Contento. Realmente no veíamos que se pueda dar la posibilidad de volver a jugar por todo lo que vivíamos, más que nada acá en Perú que afectó muchísimo (la pandemia), se veía un poco lejano el regreso a los entrenamientos y del fútbol.

Tuvimos la suerte de que esto comenzara, de entrenar nuevamente y, obviamente, con los protocolos y el cuidado que había de tener. Acomodándonos un poquito a lo que es esta nueva forma de vivir y de competir sin público. Cumpliendo con las recomendaciones, tratando de disfrutar y aprovechar.

¿Ha sido beneficioso para Mannucci jugar en Lima?

Si se analiza el contexto en general, era lo más conveniente que estuviéramos todos en Lima para tener un control mayor. Creo que fue la mejor para este momento. Obviamente, hay equipos que no pueden hacer valer su localía, sabemos que los equipos de altura se hacen fuertes de local. Ahora se emparejó todo, estamos en igualad de condiciones.

¿Cómo se dio la posibilidad de volver a Uruguay en medio de la pandemia?

Estuve en contacto con uruguayos que estaban realmente varados, no era mi caso porque estaba en Trujillo, en otras condiciones, pero sí lejos de mi familia. Al ver el panorama que se venía y se sabía que iba a durar varios meses, tomé la decisión de buscar la manera de volver en el primer vuelo humanitario que hubiera.

Tuve suerte y varios compañeros, colegas, que eran uruguayos también viajaron al igual que el cuerpo técnico de Mannucci. Tuvimos suerte en ese sentido, porque era complicado viajar en plena pandemia, así que se pudo obtener ese vuelo y pudimos volver.

En medio de la pandemia, Diego Guastavino regresó a su país para unirse a su familia.

¿Dónde te criaste?

Nací en Montevideo, en el 1984. Y a los cinco años comencé en esto del fútbol. Más que nada, a esa edad se disfruta, se comparte con los amigos. A medida que pasaban los años y el tiempo, la pasión y el deseo de ser jugador fue mucho más grande.

¿Cómo nace ese gusto por el balón?

Desde muy chico me gustaba la pelota y veía que mis amigos más grandes que yo, cuatro o cinco años más grandes, jugaban. Era algo que me despertaba una pasión tremenda, todo el día con la pelota. En aquella época era solo pelota.

¿De quién eras hincha de niño?

Era de Peñarol. Mi padre también era de Peñarol, compartimos eso. Obviamente pasa el tiempo y ese sentimiento cambia. Uno se hace jugador y deja un poquito el sentimiento de lado y se enfoca en lo que es el juego.

¿Consideras que la habilidad y el talento se traen de la cuna o se pueden aprender?

No era mi caso. La verdad he visto compañeros que eran unos fenómenos, mejores que yo. Después, por un tema de constancia o quizás al menor traspié, dejan todo por la mitad o abandonan. Vi muchísimo. Obviamente que, si tienes un talento y lo pules y agregas cosas (la conducta, el ser constante y el tener la ambición), tienes posibilidades.

En mi carrera he visto de todo. Compañeros que quizás no tenían la cualidad o la calidad para llegar a un gran nivel, pero que con la constancia, el esfuerzo y la mentalidad, lo lograron. Después quizás tener un poco de suerte y la posibilidad de poder mostrarte, eso también es importante.

Cuando iniciabas, ¿te golpeaban mucho en las prácticas por ser habilidoso?

Me pegaban más que nada porque era muy bajo y tenía compañeros que eran muchísimo más altos que yo o ya se desarrollaban más rápido que yo y yo no crecía. Se hacía sentir (risas). En su momento se sufrió bastante con los golpes.

¿Quién te sube a primera división?

A primera división me sube el entrenador uruguayo Gustavo Bueno, con 17 años y debuté después de semanas. En su momento fue una alegría muy grande, era como haber conseguido un objetivo, conseguir un sueño de jugar en Primera División con gente grande, mayor y mucha experiencia. Uno arranca con mucha ilusión, mucha expectativa. Después pasa el tiempo y uno ve a qué niveles puedes llegar. Fue un momento muy especial, muy lindo.

¿Qué diferencia puedes encontrar en el fútbol peruano y uruguayo?

Cada fútbol, cada país, tiene su características de juego por diferentes circunstancias. El fútbol peruano, la verdad, es técnicamente muy rico. Muchos jugadores técnicamente muy buenos y superiores a Uruguay. En Uruguay hay mucho del convencimiento, de la constancia y de meter y, en muchas ocasiones, falta un poquito de la técnica que hay acá (Perú).

El torneo (peruano) es muy complicado, más que nada por los equipos de altura, los diferentes lugares donde hay que ir a jugar, se hace por momentos desigual porque cada equipo saca una ventaja importante de local. Pero, creo yo, lo que predomina más en el fútbol peruano es la técnica del jugador.

Tuviste dos etapas en Universitario y en ambos saliste campeón. ¿Qué recuerdas de esos títulos?

La verdad fue muy lindo, más que nada el 2013 que fue el título nacional y que hacía muchos años que no se lograba. Teníamos una mochila bastante pesada ese año. Había jugadores de mucha jerarquía en el club, jugadores que tenían ese sentido de pertenencia como Rainer Torres, Miguel Torres, (John) Galliquio, José Carvallo, ‘Toñito’ Gonzáles. Eran jugadores que realmente venían de muchos años en el club y uno aprendió de eso, aprendió de lo que era el club. Fue muy especial.

Y en el 2016 que fuimos ganadores del Apertura, ese equipo tenía una calidad tremenda, un nivel muy alto que nos permitió ganar el Apertura muy ampliamente, con un nivel tremendo de (Raúl) Ruidíaz, (Edison) Flores, (Andy) Polo y (Miguel) Trauco. Realmente teníamos un equipazo.

¿Es Perú el lugar donde más disfrutas el fútbol o cuál es el vínculo que guardas con el país?

Le tengo un cariño muy grande. No solo yo, sino mi familia también por lo que hemos compartido acá. Mi papá también vive acá en Perú y la verdad es que siempre es especial estar acá, más que nada porque tengo familia acá.

¿Por qué le agarraste cariño a Universitario? ¿Qué conexión encontraste con el club?

Es un club grande que me dio la posibilidad de jugar para ser campeón. Esa posibilidad te dan los equipos de mucha jerarquía como Universitario. A pesar de haber vivido momentos bastante complicados con todo esto de las administraciones que cambian constantemente y todas las inestabilidades que genera, pero el cariño hacia el club, hacia el escudo de la U, fue desde el primer momento que llegué. Y, a base de rendimiento y de logros, uno le agarra más cariño. Todo lo vivido en el club fue bastante lindo.

Comizzo el año pasado trajo algunos jugadores que salieron campeones con Universitario en el 2013. ¿Se contactó contigo?

No, yo estaba el año pasado en Liverpool (Uruguay). No tuve contacto y obviamente es muy difícil (volver). Primero por edad, uno va cumpliendo ciclos y cada vez se va acortando la carrera y queda poco. Y después el club que apunta a otro nivel de jugadores, a otras características que es lo normal. Me encantaría estar en el club, pero en este momento me debo a Mannucci, estoy muy agradecido, intento dar pelea y competir como lo estamos hacemos hasta ahora.

¿Por qué te uniste a Embajadur Crema?

Hace varias semanas que venía conversando con Rainer Torres y Miguel Torres, que son parte del proyecto, al igual que (Carlos) Galván y (Carlos) Orejuela. Ellos me comentaron de la iniciativa que tenían, la idea de que el hincha se uniera a este proyecto a través de una mensualidad y con beneficios en distintos sectores y, en primer lugar, apuntar a ponerse al día con esa gente a la que le deben dinero desde hace muchos años atrás, gente que trabajó en el ‘Lolo’, en Campo Mar y que, como cualquier trabajador, necesitan el dinero. Esto les da la posibilidad de cobrar sus salarios que nadie les cumplía.

Después, apoyar a exjugadores y que se involucren en el club, que se metan en el club. Creo yo que son los que realmente pueden, de a poco, realizar un proyecto deportivo en el club y, de una vez por todas, terminar con esto de las administraciones. No va ser fácil, esto va llevar su tiempo, no va ser nada sencillo. Pero sí se apunta a que los exjugadores como los que te he nombrado se preparen para llevar un club tan grande como Universitario, que necesita de un cambio radical en ese sentido.

¿Sientes que estás en tu mejor momento?

Sí, importante el reinicio en lo grupal y, en lo individual, también con los goles. No me considero un goleador ni nada de eso, son momentos, son rachas que generan confianza, obviamente nos ha dado la posibilidad de obtener puntos y de ganar. La idea es tratar de seguir intentando plasmar lo que se trabaja desde el reinicio de los entrenamientos, hasta ahora nos da resultados, pero hay que seguir creciendo. No hay que conformarse con lo hecho, sino ir partido a partido y competir como lo hacemos.

¿Tienes alguna meta para este año? Quizá superar los 10 goles que alcanzaste con Universitario en el 2016.

Ojalá, pero más que nada apunto a lo grupal. La verdad tenemos un compromiso muy grande con el club, estamos convencidos de que podemos lograr algo importante. El club nunca estuvo en un torneo internacional y eso sería grandioso para Trujillo.

Uno juega por obtener ha si, uno sale a la cancha a ganar, después uno tiene que competir. Hasta ahora vamos por buen camino y hemos obtenido lo que nos hemos propuesto.

¿La llegada de (Pablo) Peirano tuvo algo que ver en tu buen rendimiento?

Sí, muchísimo. No solo en mi rendimiento, sino el de todos. Hizo crecer al equipo. Veníamos realmente muy mal, no es lo correcto poner adjetivos a lo que hacíamos porque ya pasó, pero si era de aprender y de no cometer esos errores. Con Peirano cambió todo, cambió la mentalidad, cambió la forma de trabajo, el convencimiento del equipo, la competencia interna que tenía. Nos hizo crecer a todos y nos tiene que seguir haciendo crecer. Nosotros mismos ponernos la vara alta en rendimiento y, a través de eso, conseguir los resultados.

Ser goleador de cada partido ¿cómo te motiva o te hace sentir?

Me da mucha confianza. Te hace intentar lastimar al rival y buscar el gol en cada partido. Es importante abrir el arco, pero lo fundamental es obtener resultados, seguir obteniendo puntos como hasta ahora.

¿Qué destacas del plantel de Mannucci?

Creo que el convencimiento de lo que se hace. Hay una idea muy clara en todo sentido, tanto a la hora de atacar y lo que hay que hacer a la hora de defender. Se generó un compromiso muy grande y realmente eso es importante a la hora de competir.

¿Cuál es la liga en la que soñaste competir y no se cumplió llegar?

Muchísimos lugares en los que me hubiese gustado jugar. Para cualquier jugador estar en una liga de las mejores del mundo es un sueño, pero eso se genera desde el inicio, fui consciente siempre hasta donde podría llegar y traté de hacer lo mejor.

Uno cuando arranca tiene sueños e ilusiones que después ve si son alcanzables o no. Tuve la posibilidad y el privilegio de ser campeón en varias oportunidades. Muchos colegas que pasan quizás 20 años de carrera y no tienen esa posibilidad de ser campeón. Tuve el privilegio de ser campeón en varios clubes y, obviamente, con la ilusión intacta de poder seguir logrando cosas.

¿Un sueño pendiente?

Ser campeón de nuevo. Ganar nuevamente algún título. Acá o en los años que me quedan de carrera. La verdad que en el fútbol uno nunca sabe lo que puede pasar o dónde puedes terminar, pero ahorita estoy muy ilusionado, al igual que todos mis compañeros, y esperanzado de conseguir algo.

¿Se te cruzó por la cabeza dejar de jugar al fútbol en alguna etapa de tu carrera?

Sí, en el inicio. Cuando tenía 16 o 17 años. Estaba en un club muy humilde y realmente no teníamos nada. Con esa edad, veía muy complicado el panorama. Por eso digo, tener la constancia de seguir dándole para adelante, como cualquier orden de la vida, siempre nos caemos y está en nosotros poder levantarnos. Uno va a sufrir, pasar mal un tiempo, pero hay que levantarse y seguir adelante.

¿Cuál es tu día más feliz y tu día más triste en el fútbol?

Mis días más felices fueron cuando fuimos campeones en el 2013. Las veces que fui campeón son momentos de mucha emoción, tuve la suerte de vivirlos y son momentos que uno nunca se olvida.

Y, después amargos, muchísimos. Son infinidades de veces que uno se va amargado, triste, ya sea por un resultado negativo o por un rendimiento malo, un error que cometió, un penal que erró. Son más esos momentos en el fútbol que los momentos lindos, son muy pocos los lindos.

¿Te gustaría retirarte en Universitario?

Sí me gustaría. No solo retirarme, sino poder tener la posibilidad de vestir la camiseta nuevamente. Sería muy especial, pero es muy difícil. Los tiempos se acortan y no son los mismos los míos que del club. Además tienen un equipo bárbaro, tienen un equipazo. No sería necesario ahora.

En una hipotética final, ¿a qué equipo te gustaría enfrentar?

Menos a la 'U', cualquiera (risas). Si se da, sería muy especial, removería todo lo vivido en ese 2013, en los años que estuve. Sería una locura, no me lo quiero ni imaginar.

¿Te gustaría seguir ligado al fútbol cuando te retires?

Como entrenador es algo que me gustaría intentarlo. Obviamente hay que prepararse, ir a lugares a ver cómo se entrena, a pesar de que uno es jugador y más o menos tiene una idea. No te puedes quedar con eso, sino tienes que seguir preparándote y más que nada apuntar hacer las cosas bien.

¿Cómo sería un equipo de Diego Guastavino?

No me ataría a un sistema o a una forma de jugar. El fútbol, creo yo, varía muchísimo. En un partido tienes muchas variantes. No puedes decir yo solo ataco, hay un momento en el juego que te van atacar a ti y vas a tener que estar bien parado y vas a tener que armar bien el bloque, saber dónde presionar, dónde robar. El fútbol es un todo, saber defender y saber atacar.

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