Luis Suárez. Delantero de Uruguay y del Barcelona de España.,Su nombre es sinónimo de lucha, entrega y garra. Luis Suárez es uno de los pocos futbolistas que supieron renacer de sus cenizas, no se dejó amedrentar por las críticas y, como el buen delantero que es, buscó el momento preciso para callarnos la boca. Luchito siempre tuvo que enfrentarse a la adversidad. El Mundial de Brasil 2014 quizás es la etapa más trágica de su vida. El delantero llegó a esa Copa del Mundo recuperándose de una operación a los meniscos de la rodilla izquierda. Se perdió el primer partido ante Costa Rica. En la segunda fecha, Luisito debutó ante Inglaterra, anotando dos goles, dando el triunfo a su selección. Suárez tocaba el cielo, era amado por todos. Pero eso se terminó en unos segundos. Uruguay se jugaba la clasificación ante Italia, necesitaba la victoria para clasificar a octavos, Godín marcó el gol del triunfo, todo marchaba bien, hasta que llegó el minuto 78. Chiellini está disputando la posición con Luis, y este, en su desesperación, muerde el hombro del jugador italiano. Todo se derrumbó de nuevo, fue castigado por la FIFA y ninguneado por todos.“Sufrí con la imagen que se dio de mí. Soy un ser humano y sufro, tengo sentimientos. Mi hija era consciente de lo que su padre vivía. Ese fue uno de los días más complicados de mi vida. Soy padre, tengo sentimientos”, señaló el jugador a un medio español.Si usted pensó que eso fue lo peor que le sucedió a Luis Suárez, se equivoca, el futbolista del Barcelona tuvo una infancia difícil.Sus padres se separaron cuando tenía 7 años. Su madre tuvo que levantar sola un hogar de seis hijos. El ‘Pistolero’ tuvo que hacer enormes sacrificios. Trabajaba en el rebusque por las calles de Montevideo, cuidaba carros y barría calles. Y, como suele suceder con los niños que se educan en la calle, probó el licor y la vida nocturna.“Trabajaba en las calles de Montevideo con mi abuelo. Cuidaba carros y barría las casas”, comentó el futbolista. No fue el mejor estudiante, el balompié era su pasión, pero pasó a un segundo plano por su mala cabeza.En su juventud, Luchito empezó a probar licor y pasar más tiempo con sus amigos que en un campo de entrenamiento. Todo se veía complicado, su carrera futbolística terminaría sin haber empezado. Dicen que el amor rompe barreras, bueno, al parecer en esta historia se cumple ese dicho popular. Suárez tenía 15 años, vivía sin rumbo fijo hasta que conoció a Sofía Balbín, una linda rubia que vivía cómodamente en las zonas residenciales de Montevideo.“Sofía sabe lo que me ayudó y por el camino por el que me ha llevado. Me hizo ver que yo no era un burro, solo que no tenía ganas de hacer las cosas. Me animaba a hacer los deberes”, indicó el jugador.El romance pasaba el mejor momento, hasta que la familia de su novia decide mudarse a Barcelona. Luisito regresó a la vida nocturna, hasta que su entrenador de Nacional habló claramente con él. “O centras tu vida o te vas de aquí”, esta frase le hizo recapacitar, entendió que su futuro era el fútbol y la única manera de ir a buscar a su enamorada era que se convierta en futbolista profesional y un club europeo lo fiche. A los 17 años debutó en el Nacional, anotó 12 goles en 34 partidos, fue la revelación del torneo uruguayo. Al año siguiente recibió una oferta del Groningen de Holanda, sin dudarlo, aceptó la propuesta.Una semana después de firmar por el club ‘tulipán’ visitó a Sofía en Barcelona y le propuso que vivan juntos, ella aceptó. Desde ese tiempo no se volvieron a separar y Luis Suárez volvió a sonreír como cuando anota con la camiseta celeste, esa que sueña llevar a la gloria. 52goles tiene con la selección de Uruguay. Es el máximo goleador de su país.