En verano, el dulce más consumido por los peruanos es el chupete de fruta, más conocido como marciano. Este aperitivo, hecho a base de frutas —como fresa, lúcuma, coco o maracuyá—, es muy popular en nuestro país, pues no solo se vende en las tiendas o en las calles, sino también en las mismas viviendas, ya que es un producto casero que cualquiera puede hacer y no necesita de muchos ingredientes, así como tampoco tiene una preparación muy difícil.
Si bien este dulce es muy popular y hace años se vende en el Perú, ¿alguna vez te has preguntado por qué se le llama 'marciano'? A continuación, te revelaremos por qué lo denominan así.
Seguramente, muchos creían que los marcianos eran originarios de Perú, pero la verdad es que este helado de fruta, cuya presentación es en una bolsa de plástico, también es muy popular en otros países, e incluso se le conoce con otros nombres, entre los cuales destacan los siguientes: naranjú, vikingo, boli, bolo, hielito, cubo, chupichupi, saborín, bambino, bollos, duros, duro frío, raspaíto, marcianos, chups, helado en bolsita, sabalito, charamusca, entre otros.
Los marcianos de fruta son populares en varios países de América Latina. Foto: Sbenedettot/YouTube
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Los países donde los marcianos son los dulces más consumidos son Colombia, Cuba, México, Panamá, Venezuela y, por supuesto, Perú, sobre todo en épocas de verano.
En nuestro país, además de llamar 'marcianos' a los chupetes de fruta, también se le dice 'chalaca' en Talara, mientras que en Piura se le denomina 'bodoques'.
Aunque no hay una respuesta precisa sobre el motivo por el cual se le bautizó como marciano, según el portal Perú Info, página de Marca Perú, hay algunas teorías sobre el origen de este nombre.
Los chupetes son más consumidos durante el verano. Foto: Cocina Fácil de Rosana/YouTube
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Independientemente del motivo por el que tiene el nombre de marciano, lo cierto es que este dulce se ha convertido en un clásico refrigerio para los peruanos durante el verano. Además, gracias a su precio módico, todos lo pueden adquirir y, de paso, alimentarse gracias al valor nutricional de las frutas con las que está preparado.