El papel higiénico es parte de la vida diaria de prácticamente todo el mundo. Sea en el baño, en el comedor, en la sala, o en tu bolso que llevas a todas partes, este se encuentra presente para cualquier tipo de necesidad sanitaria. La pandemia por COVID-19 en particular aumentó la atención y demanda hacia este recurso, pero de igual manera sigue y seguirá siendo un producto necesario para no pasar apuros durante el día.
Según el portal tissue online, por ejemplo, una encuesta en 2022 calculó que China es el país que más papel higiénico utiliza por año y por habitante en el mundo. Se calcula que cada chino usa cerca de 347 kilómetros de papel en toda su vida. Perú no está en el top 5 de América Latina, pero igual resulta muy útil saber cómo ahorrar papel higiénico en casa.
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El truco casero más popular para ahorrar papel higiénico es más efectivo para los rollos que colocamos en el baño, donde solo jalamos los cuadrados mientras este gira y gira en el dispositivo donde se encuentra. Este consiste en aplastarlo un poco, de manera que se atracará un poco a la hora de darle vueltas.
Hay muchas veces en el que solo tiramos fuerte una vez del papel higiénico, y esta acción provoca que el rollo de más vueltas de lo deseado y salga también más papel del que realmente necesitamos. Asimismo, dependiendo del uso y la situación, se puede tratar doblar el papel por la mitad para aprovecharlo más.
Aplastar el rollo de papel higiénico es un truco muy popular para jalar menos cuadrados. Foto: GLR
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Un truco que toma algo más de trabajo, pero que también está mucho mejor medido, es el dividir el papel higiénico y dosificar su uso. Sea para el baño o como servilletas para la mesa, cortar pequeñas cantidades para el lugar va a hacer que siempre se utilice el mismo número de cuadrados para la ocasión.
Por otro lado, más que un truco, la siguiente recomendación es antes que nada un tema de criterio y también situacional. Tienes que decidir bien cómo prefieres o para qué emplearas el papel higiénico antes de comprarlo, y en función a eso elegir si es doble o triple hoja, o qué tan grueso es en general. Si el papel resulta muy delgado o se deshace con facilidad, puede que gastes más de lo necesario, y encima resulte menos eficiente.