La gastronomía en Perú es una de las más reconocidas a nivel internacional. Por ello, no es de extrañar que decenas de extranjeros que visitan el país queden encantados con nuestra comida, siendo uno de los favoritos el caldo de gallina.
Todos en algún momento hemos probado esta sopa hecha a base de gallina, pues es una de las más consumidas por las familias peruanas. No obstante, seguro muchos se preguntarán ¿cómo llegó a ser tan popular y cuál es su historia? A continuación, te contamos más detalles sobre sus orígenes.
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El historiador César Coloma Porcari, para citar los orígenes del caldo de gallina, menciona a Manuel Asencio Segura, un escritor y dramaturgo limeño del siglo XIX que nombró a este delicioso platillo en uno de sus poemas: “Cuando Dios se determina / a fregar a los mortales, / no les valen los cordiales / ni los caldos de gallina”.
El caldo de gallina es uno de los platillos más consumidos en Perú y también se le conoce como 'el levanta muertos'. Foto: El Burrito.pe
Segura también vuelve a señalar el caldo de gallina en su comedia ‘Un juguete’, cuya publicación fue en 1858: “Pues hija, no me atormenta, porque no llego a setenta, ni debo a nadie un cuartillo... pero oye, gallina vieja se sabe que hace buen caldo”.
Ricardo Palma es otro autor que menciona el platillo en su obra ‘Verbos y gerundios’, la cual fue publicada en 1877: “Si llega a ser gobierno el rey Perico / ¡ya verá usted, mi amigo, lo que es rico! / Pondrá coto al derroche / y no andarán los pícaros en coche; / no bailará el ratón dentro del queso / y libertad tendremos y progreso; / y habrá tal abundancia / en aldea y ciudad, plaza y esquina / que, como lo anhelaba un rey de Francia / todos tomarán caldo de gallina...”
Según los registros históricos mencionados, desde mediados del siglo XIX el caldo de gallina ya era regularmente popular, al menos en Lima. Sin embargo, no fue hasta 1950 que el platillo llegó a su máximo apogeo, cuando en el Mercado Mayorista de La Victoria -ahora llamado La Parada-, se vendía este caldo hecho a base de gallina, a todos los ambulantes y comensales de la zona.
Caldo de gallina de 'La Parada'. Foto: Ariana Bolo Arce/Youtube
De esta manera, La Victoria prácticamente acogió el platillo como suyo, pues en el distrito se empezaron a establecer las primeras carpas y restaurantes que ofrecían esta sopa hecha a base de gallina. Asimismo, era el favorito de los trabajadores nocturnos que, tras sus labores en la madrugada, no podía contener el hambre y se disponían a comer un caldo de gallina.
Hoy en día, este manjar es uno de los más solicitados en los restaurantes, así como en los puestos de comida ambulatorios, convirtiéndose así en uno de los platos más consumidos por los comensales.