El Día del Pollo a la Brasa se celebró el 17 de julio y gran cantidad de peruanos se dieron cita en su pollería favorita para disfrutar de este platillo, que es consumido por chicos y grandes. Sea que te guste el pecho, la pierna, la alita o el encuentro, el punto en común para la mayoría de los comensales es el pellejo. Esta parte concentra el sabor de las especias utilizadas en la preparación del plato bandera y su textura crocante (de acuerdo a la pollería) se convierte en un placer culposo para quienes gusten de este plato. No obstante, su consumo puede traer consecuencias y en esta nota te presentamos.
PUEDES VER: Pollo a la brasa ya no está en el top 10 de platos con pollo de Taste Atlas: ¿cuál lo reemplazó?
Diversos rumores giran en torno a esta parte del pollo y lo apropiado que puede ser o no para la salud. Para tener una posición más acertada al respecto, La República conversó a Magaly Herrera, exdecana del Colegio de Nutricionistas de Lima y especialista en salud pública, quien dio respuesta a esta interrogante y de paso dejó algunas recomendaciones
“Siempre es perjudicial consumir el pellejo del pollo, sea frito o a la brasa. En este segundo caso, este tipo de cocción forma radicales libres, que son los precursores de células cancerígenas. En segundo lugar, por el alto contenido de grasa que se acumula, te va a incrementar la cantidad de calorías y esto a la larga crea sobrepeso y obesidad”, manifestó.
Asimismo, agregó el daño que puede ocasionar al corazón. “Existen diversos tipos de grasa, pero el pellejo de pollo tiene las llamadas grasas trans, las cuales incrementan los niveles de colesterol en sangre, no solo el colesterol normal, sino también el llamado colesterol malo, que es el creador de trombos en las arterias, el cual causa problemas cardiacos, como infartos”, añadió.
Al no ser frito, se piensa que este platillo es bajo en calorías; sin embargo, al consumirlo en conjunto con sus acompañamientos, puede aportar valor calórico al organismo. Según la doctora Herrera, un cuarto de pollo puede aportar entre 500 y 600 kilocalorías, pero con las clásicas salsas se añade un promedio de 100 o 150 kcal.
“Además de quitar la piel de pollo, recomiendo consumir la ensalada con limón y sal, y racionalizar bien la cantidad de papas fritas. También evitar complementar el plato con gaseosa, ya que una botella de medio litro contiene 12 cucharadas de azúcar”, sugirió.