La sociedad peruana entre los años 1980 y 2000 fue asolada por un huracán de fuego: el conflicto armado. Según la Comisión de la Verdad, dejó cerca de 70.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos. Familias enteras abandonaron sus pueblos y caseríos andinos, huyendo de la muerte, para asentarse en otras ciudades y procurarse una vida mejor.
La artista y socióloga peruana-francesa Olga Verme-Mignot recoge, a manera de testimonio, toda esa épica dolorosa de desarraigo a través de sus grabados. Mañana inaugura en el Lugar de la Memoria (LUM) la exposición ‘Crónicas migrantes’, en la que muestra el desplazamiento y migración en esos años de violencia política.
La muestra reúne 25 grabados, los mismos que han sido donados por la artista al LUM. En algunos de ellos se aprecia el nuevo destino de los migrantes, sus casas instaladas en la periferia de las ciudades. Asimismo, presenta retratos azorados acaso por la soledad y la incertidumbre de ser migrantes, lejos de sus comarcas andinas. Se acompaña con poemas de Violeta Barrientos e Yveline Lebrat-Bertrand.
“En esos años —me dice Olga Verme-Mignot, desde París— trabajaba como socióloga en una organización de derechos humanos. Fui testigo de la situación que se vivió durante el conflicto armado. También empecé a estudiar en la Escuela de Bellas Artes, pero vine a París y continué mis estudios y descubrí el arte del grabado”.
Obras. Dos grabados en los que se aprecia cómo los migrantes se han instalados la periferia de las ciudades. Foto: difusión
―¿El arte se convirtió en un medio para dar testimonio?
Como peruana, he vivido la mitad de mi vida en el Perú. Mi obra es una mirada a mi país, a la situación de violencia que vivió durante veinte años, más todavía si como experiencia personal trabajé en una organización que luchaba contra la tortura. Todo eso se expresa en mis grabados.
―¿Está la visión del artista y también de la socióloga?
Descubrir el arte me ha permitido expresar lo que yo siento y lo que vivió el Perú. Trato de expresar la fuerza de la población peruana. Mi trabajo se divide en dos partes. La primera es la visión sobre la violencia, la situación de las víctimas y los familiares de las víctimas; la segunda es la admiración que yo tengo por la migración interna, toda esa población que se ha trasladado desde las sierras peruanas hacia las grandes ciudades, lo que se llamó en un momento las barriadas o pueblos jóvenes. Es mi homenaje.
―Sé que trabajó en la selva…
Así es, en una organización que defendía los derechos de los indígenas, la defensa de sus tierras. Por razones personales, me vine a París.
―¿Sin dejar de dar testimonios?
Para mí, en toda expresión artística hay una visión de la sociedad que uno vive, eso ya se ha dicho. Ahora, que yo sea socióloga y peruana enriquece la visión de esa realidad peruana. Ahora, a la distancia, me siento más sensible, más afectiva para reconocerla.
A través de sus obras, Olga Verme-Mignot retrata la migración interna producto del conflicto armado interno. Foto: difusión
―¿Esa realidad no le causó miedo en los años de violencia?
Me causó tristeza. Era una guerra interna. Allí está el resultado del trabajo de la Comisión de la Verdad. Yo ya no tengo que agregar nada. Por eso mismo hice la donación al LUM, como una forma de participar, a manera de testimonio, de esa realidad que se vivía. Que yo viva en el extranjero no quieres decir que sea indolente con lo que vivimos. La población migrante tuvo un coraje que yo admiro.
Inauguración. Mañana, jueves, en el LUM. Bajada San Martín 151, Miraflores, 7 p.m. Visita: de martes a domingo, de 10 a.m. a 6 p.m. El ingreso es libre.