En un giro inesperado dentro del ya trágico caso de Asunta Basterra Porto, Alfonso Basterra, condenado por el asesinato de su propia hija, ha enviado una carta desde la cárcel que ha causado conmoción y especulación. Esta correspondencia, dirigida a Ramón Campos, creador de la serie de Netflix 'El caso Asunta', revela detalles emocionales que permanecían ocultos al público.
La misiva, que se ha filtrado a los medios, muestra a un Alfonso Basterra desgarrado y reflexivo, que busca en el perdón y la comprensión una vía para reconstruir lo que queda de su vida tras las rejas. En ella, Basterra narra cómo actuará a futuro después de salir de prisión y también el amor incondicional que aún permanece por su hija Asunta. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención, ha sido la fría solicitud que le hizo a Ramón Campos. ¿Qué dice la carta de Basterra?
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La carta de Alfonso Basterra desde la cárcel al creador de 'El caso Asunta' destila un sentimiento de dolor y resignación. Basterra expresa que ha optado por el camino del perdón como su única vía de salvación personal y espiritual.
"Estimado señor Campos,
En cartas anteriores le he transmitido la rabia y la ira que lleva destrozándome y devorándome desde hace tres años. Rabia e ira hacia el juez instructor, hacia el fiscal, los abogados de la acusación particular, los medios de comunicación y, muy particularmente, hacia la persona que acabó con la vida de mi niña.
Alfonso Basterra en la serie de Netflix 'El caso Asunta'. Foto: Netflix
Pero estos sentimientos me llevarían indefectiblemente hacia la locura y la autodestrucción y eso es algo que no puedo ni debo tolerar, porque abandonaría la esencia de mi yo, del que algo aún queda y acabaría derrotado por fuerzas ajenas a mí.
De modo que tras mucho pensar, he entendido que el perdón es mi camino. La única forma posible de mantenerme en mi camino y sortear este gran reto que el destino me ha puesto.
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Puede que no se lo crea, pero después de muchas horas de meditación considero que este nuevo rumbo es, además del acertado, el definitivo. No puedo volver a caer en episodios de cólera como los que he vivido. Es más, he llegado a la convicción de que todos ellos actuaron bajo un signo profesional del que estaban convencidos y con arreglo a la más pura de las éticas. Equivocados totalmente, pero sin saltarse la ley y sin ánimo alguno de condenar por condenar.
Se sorprenderá, pero cuando dentro de seis años, como mínimo, tenga el tercer grado en lugar de asesinar a los citados, como en tantas ocasiones imaginé, lo que realmente deseo es sentarme en una cafetería con ellos y debatir, si lo desean, lo que fue aquel juicio.
Pero lo que nunca haré será exigirles perdón, todo lo contrario, seré yo quién les ofrezca mis disculpas por tan terribles pensamientos surgidos de una locura inimaginable que no deseo a nadie. Y por la misma razón haré lo propio con el asesino o asesina de mi niña, porque ahora sí, estoy convencido de que su acción fue fruto de esa locura, ya que nadie en pleno uso de sus facultades mentales cometería una monstruosidad como esa.
Para terminar le haré una confesión: cuando recupere mi libertad, tengo el firme propósito de desaparecer, nadie volverá a saber de mí, ni tan siquiera Rosario Porto. Solo tengo una razón para seguir con vida, que no es otra que volver a ser un hombre libre y reunirme con mi niña, nunca antes. De hecho ya tengo pensado el cómo y el dónde, tan solo me falta el cuándo pero todo llega.
'El caso Asunta' escena de la serie de Netflix. Foto: Netflix
Mi verdadera condena no es la prisión, señor Campos, sino no haberla podido socorrer cuando más me necesitó. Eso es algo que nunca me podré perdonar. Así que cuando conozcan mi fallecimiento le ruego que descorche una botella de cava y brinde con los suyos, solo en ese momento comprenderá que he recuperado mi felicidad. Mi niña me necesita y yo a ella. Atentamente: Alfonso Basterra Camporro"
El impulso detrás del envío de la carta parece ser un desesperado intento de Basterra por redefinir su narrativa personal y pública. Al dirigirse a Campos, quien ha dramatizado su historia en una plataforma tan influyente como Netflix, Basterra busca influir en cómo se le percibe más allá de los titulares sensacionalistas. Es un intento de humanizar su figura ante un público que lo ha visto mayoritariamente como un monstruo.
Alfonso Basterra y su esposa, Rosario Porto (fallecida), fueron condenados a 18 años de prisión por cometer un asesinato con alevosía y agravante de parentesco.
Alfonso Basterra sigue cumpliendo su condena en el centro penitenciario de Teixeiro, en España. Actualmente, lleva poco más de 11 años encarcelado.