Francis Ford Coppola, el afamado director y ganador de cinco premios Óscar, presentó en el Festival de Cannes su último trabajo, Megalópolis. “Debemos prometer lealtad a nuestras familias... que los niños hereden un mundo hermoso de nosotros”, fueron las palabras de cineasta de 85 años, que reveló que está trabajando en un nuevo guion y que tiene nada menos que una secuencia más de El Padrino, que podría agregar algún día.
La prensa francesa ha denominado ‘el terremoto Megalópolis’ la llegada de la cinta de ciencia ficción de 2 horas y 18 minutos, que fue proyectada en pantalla IMAX. La esperada película de Coppola es una cinta que se gestó durante casi 40 años en la mente de su creador y, finalmente, se estrenó en Cannes, donde compite por la Palma de Oro. “La propuesta del director es tan abrumadora e hiperbólica que no parece la obra de alguien de 85 años”, indican sobre el cineasta que tiene obras maestras como El Padrino o Apocalypse now. El director tuvo que hipotecar parte de sus propiedades para hacer esta cinta. El presupuesto fue de unos 120 millones de dólares, ha dicho la prensa.
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El Festival se paró por completo con la llegada de Coppola y su séquito para presentar la película más esperada de esta edición. La expectación era máxima por ver qué había hecho el cineasta, quien por Apocalypse now, precisamente, ganó su segunda Palma de Oro en Cannes. La primera fue por La conversación.
La música de El Padrino sonó cuando la leyenda de Hollywood posó frente a los fotógrafos, del brazo de su nieta Romy Mars, hija de la cineasta Sofia Coppola. Fue ovacionado, pero también abucheado, reportan. La crítica está dividida y es lo que menos le preocupa a sus seguidores. Hay una palabra que está en todas las críticas sobre la película: locura.
Megalópolis presenta a Cesar Catilina (Adam Driver), un arquitecto visionario que busca transformar una versión ficticia de Nueva York, llamada Nueva Roma, en una utopía idealista. Esta ambición lo enfrenta al alcalde Franklyn Cicero (Giancarlo Esposito), quien defiende intereses regresivos y partidistas. La socialité Julia Cicero (Nathalie Emmanuel), hija del alcalde y amante de Cesar, se encuentra atrapada entre ambos mundos y tendrá que decidir qué es lo mejor para la humanidad.
“Lo que está sucediendo en EEUU, en nuestra república, en nuestra democracia, es exactamente igual a como Roma perdió su república hace miles de años. Nuestra política nos ha llevado al punto en que podríamos perder nuestra república”, dijo con contundencia el cineasta, que ve “una tendencia a la derecha, incluso al fascismo, que es aterrador”.
Francis Ford Coppola y el actor Adam Driver, protagonista de Megalópolis. Foto: AFP
El director, además, reflexionó sobre la función del cine y del artista, quien cree que tiene “el papel de iluminar la vida contemporánea, ser el faro”, algo que no encuentra en la actualidad. “El arte ahora mismo es como una hamburguesa. Te la comes, pero no contiene nutrientes. Mi sueño, mi esperanza, es que sean los artistas de nuestro país quienes, con su trabajo, arrojen luz sobre lo que está sucediendo y permitan que la gente lo vea, porque no se puede actuar en consecuencia si no puedes ver lo que ocurre”.
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No tuvo problemas en hablar de la muerte y de su legado. “Hay muchas personas que cuando van a morir piensan que desearían haber hecho esto o aquello, pero cuando yo me muera diré: ‘Pude ver a mi hija, ganar un Óscar. Pude hacer vino y pude hacer todas las películas que quería hacer’. Y lo conseguí. Y estaré tan ocupado pensando en todas las cosas que tengo todavía que hacer que cuando muera, ni lo notaré”