El renombrado director peruano, conocido por su trabajo en 'La piel más temida', Joel Calero, ha generado atención tras recibir críticas por esta película. En respuesta a mociones presentadas por ciertos congresistas, como Rosangella Barbarán, quien propuso que un jurado de exmilitares determine la asignación de fondos estatales para películas, Calero señaló que los fujimoristas buscan un deseo expreso de suprimir y reconstruir la memoria a su medida.
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—¿Cómo nació la idea de realizar ‘La piel más temida’?
—Creo que surge de hace mucho tiempo, en una reunión con amigos éramos cinco, estábamos conversando y de pronto uno de ellos cuenta que acaba de conocer a su padre hace un par de días. Eso motivó que todos nos sintiéramos confortables y fluidos, y alguien comentó otra historia parecida. Lo cierto es que al final de la noche, de las cinco personas que estábamos reunidas, tres habían contado que tenían un vínculo casi inexistente con el padre, ya sea porque se fue a temprana edad o porque nunca lo conocieron. Eso se me quedó alojado y me llamó la atención muchos años después cuando buscaba el tema de mi siguiente película, y de ahí se fue complejizando.
—¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentas como director de cine en Perú?
—El mayor desafío es presupuestario porque los premios, que son infinitamente mayores y diversos que en relación hace muchos años, son insuficientes. Si tú analizas el volumen de los premios en otras cinematografías, la chilena, la colombiana, la argentina, etc., hay un aporte mucho más decidido local permite que los cineastas puedan hacer más prontamente sus películas, ese es un primer desafío. Pero ahora mismo creo que hay otro desafío, hoy día (6 de mayo) el congresista Muñante ha presentado una moción para formar una comisión investigadora. Para empezar, es una pretensión alaracosa y estridente, porque si él quisiera averiguar le bastaría entrar a la web del Ministerio de Cultura, a la dirección a DAFO, dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios y se enteraría de que los concursos se convocan anualmente, que hasta hace unos años los jurados eran internacionales y que hay una selección bastante exigente de los proyectos. Es decir, no solamente estamos enfrentando problemas presupuestarios, sino una arremetida política contra la cultura, contra el cine peruano, que busca extinguir un cine que toque dos temas: la memoria y las disidencias sexuales. Claramente ha enunciado dos grupos de películas: estas que abordan algún tema de la disidencia sexual como autoeróticas y otras más, y todas las películas que abordan la historia peruana, contemporánea desde muy diversos ángulos. Entonces, estamos enfrentando, pues problemas políticos, hostilidades. En este momento, es un problema, por supuesto, porque generan polarización innecesaria, porque el objetivo último es suprimir la cultura y convertirnos en sujetos, lo puedo decir sin ningún problema, ignorantes como ellos (políticos), de una pobreza mental atroz, eso es lo que no se puede permitir.
Joel Calero estrenó 'La piel más temida' el último 25 de abril. Foto: ensayo general
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—¿Considera que el cine de antes con el de la actualidad ha evolucionado para bien?
—El cine, las artes no evolucionan. Las obras de artes son buenas al margen de las épocas; nadie ni remotamente podría pensar que el cine del año 2024 es mejor que el del cine 2010. No, es falso, el arte no evoluciona. En ese sentido, no es que pasan los años y mejora, hay obras que van a permanecer al margen de los tiempos, como ‘La boca del lobo’ de Francisco Lombardi, ‘Días de Santiago’ de Josué Méndez. Nosotros no podemos pensar que el cine que estamos haciendo va a mejorarlo porque son películas extraordinarias. Lo que sí hay es una mayor producción nacional. Lo que hay son mayores dificultades de distribución, sí y mucho más después de la pandemia. Las películas casi no tienen tiempo de enganchar con el público y las desaparecen rápidamente de cartelera; esas condiciones de distribución no existían antes. Entonces, pensando de manera más precisa, ha habido cambios, algunos negativos como el problema de la distribución y otros positivos como como el incremento y la diversidad en la producción peruana.
—En sus últimas tres películas, Lucho Cáceres ha sido el protagonista, ¿lo considera su musa?
—Yo elijo a Lucho Cáceres porque tiene dos virtudes extraordinarias como actor: uno la naturalidad, eso que es tan sencillo de enunciar pero tan difícil de lograr y lo segundo, una inteligencia dramática. Lucho Cáceres es un actor que no va a repetir el guion porque tú se lo diste, te lo va a discutir porque piensa como dramaturgo. Así que son dos razones más que suficientes para trabajar con él.
—¿Qué opina sobre el pedido de la congresista Rosangela Barbarán, quien dijo que iba a pedir al Ministerio de Cultura que haya un jurado de exmilitares para determinar para qué películas van los fondos del Estado?
—Hay un intento de ciertas fuerzas políticas para atacar la cultura, hay que ponerlo con todas sus letras: atacar la cultura. Porque la cultura permite un encuentro con la verdad, permite una reflexión fina sobre nosotros, sobre nuestras opciones sexuales, sobre nuestra presencia en el mundo y eso para ellos es lesivo, eso para ellos (los políticos) es una manera de recordar lo nefasto que ha sido su proyecto político, es una manera de legitimarse, es una manera de destruir todo lo que ven como amenazante porque será casual. Como alguien dice en estos días, ¿por qué no presentan ustedes su proyecto o un concurso de largometraje? ¿Ellos creen que se los asigna? Pareciera ser que ser artista, ser cineasta, ser escritor, ser sujeto pensante casi está en contradicción con ser, por ejemplo, un congresista fujimorista como ellos. Porque hay un desprecio de la cultura, ven a la cultura como algo amenazante. Yo no entiendo otra razón de esta especie de inquina que están desarrollando contra nosotros, los generadores y gestores de cultura.
Rosangella Barbarán, congresista de la bancada Fuerza Popular. Foto: difusión
—¿Qué opina sobre el recorte de las salas para la película?, sobre lo cual los periodistas Hugo Coya y Rosa María Palacios se pronunciaron
—En algún momento inicial, el tránsito a la segunda semana, en el caso de mi película, fue difícil porque en efecto hubo un recorte de salas y horarios debido a que no tenía el público suficiente. Pero ese es un problema estructural, es más complejo y requiere soluciones más complejas. Nuestras películas, estas de llamado corte autoral, artístico, más personal, demoran en calentar. Demoran en encenderse. ¿Por qué? Porque no tenemos los recursos económicos para hacer una mega campaña publicitaria y porque nuestras películas se sustentan sobre todo en el 'boca a boca'. Una persona que le parece apreciable lo escribe en sus redes, el otro lo lee y decide ir el fin de semana. Entonces, creo que eso hay que encontrar los mecanismos para que ese tipo de cine nuestro permanezca más tiempo en las salas, permitiendo que el 'boca a boca' haga su trabajo.
—¿Qué características tiene 'La piel más temida' a diferencia de las otras películas peruanas que también se han estrenado?
—‘La piel más temida’ le permitirá a muchos jóvenes y personas adultas proyectarse en una historia de asunción de identidad, de reconocimiento de ancestros, de reconocimiento de cultura. Eso es lo esencial. Pero no de una manera fraseológica abstracta, sino de una manera vivencial, sensorial, emotiva. Además, como tema secundario, les hará reflexionar, pensar, sentir, evocar esas ausencias paternas que marcan a las familias peruanas. Eso, en lo esencial, sobre todo, el vínculo con tus ancestros, el vínculo con tu identidad, la memoria afectiva.
—Sobre la identidad cultural, ¿Cree que en la mayoría de los jóvenes tienen vergüenza sobre ello por lo que optan por ver películas norteamericanas?
—Bastante más complejo, no sé si vergüenza, pero no tiene mucha conciencia. Estos días algunos espectadores me decían: "Oye, he ido con mis hijos a ver tu película y de pronto mis hijos, que normalmente no estaban interesados en conocer, de dónde vine yo, el pueblo y la casa del abuelo, quieren ir, les ha provocado ir". Tal vez porque la película acaba induciendo eso que es importante: conocer de dónde procedes para saber quién eres.
—Y la verdad, ¿sea bueno o malo, considera que la crítica del conductor de Canal N le favoreció a la película en los cines?
—Sin duda permitió visibilizar la película, que se hablara de ella y que se generara un interés real. Esta película, como dice este señor, promoverá, y claro, lo que acabó ocurriendo es que acabaron encontrándose con una película emocional. Si veo todo el sinfín de comentarios, se podrían sintetizar en dos grupos: el primero y el más importante es aquel que dice "recordé a mi abuela andina", "evoqué ese vínculo, recordé de dónde viene mi madre". Eso es el tema central de la película y de eso se debería estar hablando en un país tan necesitado de identidad como el nuestro.