Felipe Otaño se volvió en un rostro reconocido gracias a su papel como Carlos Páez en 'La sociedad de la nieve'. Tras su participación en esta película nominada al Oscar, la vida del actor argentino dio un giro de 180 grados, al punto de volverse una sensación en redes sociales. La República habló en exclusiva con el actor sobre un evento imperdible en Lima en el que participará junto a otros miembros del elenco de la película de Netflix.
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—La película fue un éxito y el caso ya era muy conocido en Latinoamérica porque, de alguna forma u otra, la gente escuchó del accidente o vio las películas, ¿pero esperabas este nivel de reconocimiento y repercusión? Fue una locura en los primeros meses del año.
—No, fue increíble. En el proceso, barajamos mil opciones de las cosas que podrían pasar, pero nunca esperábamos una explosión tan masiva en las redes, especialmente entre un público tan joven. Imaginábamos que la película podía ser un éxito porque era una producción muy ambiciosa, muy grande, con un director y una historia que se sabe que es increíble. Pero nunca imaginamos que tendría tanto impacto en el público adolescente. Pensé que seríamos solo una parte más y que nos íbamos a perder en la inmensidad de la película, pero resultó que nosotros éramos el producto.
—Pude ver la película en el cine durante el tiempo que estuvo en cartelera y me sorprendió ver a chicas muy jóvenes, incluso usando la camiseta de Uruguay, yendo a ver el largometraje.
—¡Qué lindo! Aunque sea una película de plataforma que haya tenido tenido tanto éxito en salas, por más que no tenga el movimiento que tiene una película hecha específicamente para ellas, es hermoso. Llevar al público al cine, para mí, es algo increíble y esta película es tan rítmica que está bueno vivirla en grupo. Para mí, esa es la mejor forma de disfrutarla.
—¿Qué tanto cambió tu vida luego de la película? Vi que tuviste varios encuentros bastante intensos con fans que te reconocían en la calle...
—Es fuerte porque fue inesperado, me cambió la vida. De la nada, me convertí en una persona pública y estoy aprendiendo a llevar eso adelante. Todo lo que recibo es cariño, y a veces, el nerviosismo y la admiración lo vuelve un poco tosco, pero es lindo. Es el reconocimiento por un trabajo del que estoy muy orgulloso. Me cambió la vida y la forma de moverme por la calle, pero estoy contento.
—Tú interpretaste a Carlitos Páez y pudiste conocerlo e interactuar con él, ¿cómo fue esta experiencia? ¿Qué tanto aportó a tu interpretación en la película?
—Conociéndolo, pude entender cómo es como persona y, a partir de ahí, llevar eso al personaje. Hablé ayer con él, hablamos todas las semanas, nos vemos cuando él viene a Argentina o si yo voy a Uruguay. El vínculo quedó y nos queremos mucho. Es tan fuerte contar la historia de alguien que hay algo que se forja.
—¿Le preguntabas cosas específicas de las escenas?
—Sí, le preguntaba cómo hacía...yo soy un trastornado de las uñas, me las corto al toque. Recuerdo que decía: 'Dios, tantos días en la montaña'. Y él me decía: 'Che, había alicate, pero yo me las comía todo el tiempo, porque aparte no teníamos nada para comer'. Entonces, yo todo la película...(hace gesto de morderse las uñas) y lo odiaba porque me molesta como queda la uña cuando te la muerdes.
—Él apareció en la película, ¿verdad? Interpreta a su padre.
—Interpreta a su padre y su historia es increíble. Todas las familias tienen historias increíbles, pero su padre es un artista de Uruguay muy reconocido internacionalmente, que en ningún momento abandonó la búsqueda, se movió por todo Chile y un poco por eso es que el arriero cuando los vio no pensó que eran dos hippies paseando por ahí, sino que había escuchado que el papá de Carlitos contó la historia de unos uruguayos que se habían caído en los Andes.
—Escuche por ahí que te llevaste algo del set y se lo obsequiaste para Carlitos Páez, ¿qué nos puedes decir sobre esto?
—Shhhh (risas) Sí, cuando uno filma suele llevarse alguito para tener el recuerdo. Y es que cuando los rescataron, todos se llevaron algo y Carlitos se llevó tres cinturones del avión porque cuenta que su mamá tenía un auto que, en los asientos de atrás, no tenía cinturones y por eso se los llevó. Entonces, yo el último día de rodaje me llevé los cinturones, dos los tengo en casa y uno se lo regalé con unas fotos del rodaje.
—Dirigiste un cortometraje que publicaste a inicios de este año, ¿sientes que tu visión de la actuación cambió de alguna forma ahora que también pudiste dirigir?
—Estudio cine desde antes de 2019. Viví toda la experiencia como actor durante el rodaje, pero estás todo el tiempo absorbiendo al estar en un set de primera línea. El corto lo filmé en julio de 2023...no es mío el corto, es de un grupo que hizo un trabajo increíble, pero yo dirigí. Y sí, siento que volví con una experiencia que está buenísima y que le puedo sacar jugo y que me encanta. Ahora entiendo la actuación desde otro lado, está bueno poder conocer los dos lados de la cámara.
—¿Cómo te sentiste cuando la película llegó a los Oscar?
—El chiste que me hacían cuando era chico y arrancaba a actuar era: 'Eh, cuando llegues a los Oscar no te olvides de mí' y, de la nada, llegué. Sin pensarlo mucho estábamos en una película que estuvo nominada y después tocó no ganar, como pudo tocar ganar, pero lo lindo es el reconocimiento y todo lo que generó en la gente. Haber estado en la terna es algo hermoso.
—Lo último que les queda como grupo son los Premios Platino, ¿cuáles son tus expectativas para este evento?
—Yo voy a ir a los Platino. Primero voy a Perú, donde tenemos la charla que va a estar buenísima para los que nos quieran conocer y escuchar un poco de nuestras experiencias de rodaje en primera persona. Vamos ocho personas del elenco a dar una charla de preguntas y respuestas, y luego me voy a México a los Platino. Estoy muy contento.
—Hay mucha expectativa por el evento de Lima. Sacaron más entradas para el meet & greet porque se agotaron rápidamente.
—Sí, volaron. Estoy muy contento por el cariño que recibimos de Perú desde el principio y poder ir a conocerlos es muy gratificante