La primera vez que Guillermo Galdós pisó Sonora, México, para preparar lo que sería la miniserie documental Masacre de los mormones, le pasó por el lado un convoy de doce vehículos de narcos. Ubicado al noreste mexicano, Sonora limita al este con Chihuahua y al sur con la temible Sinaloa, territorios que Galdós, cofundador de la productora peruana Pacha Films junto con Luis del Valle, conoce bien. “Ocurrió antes de la pandemia”, recuerda Galdós. “Fue poco después de que a ellos los mataron”.
Por “ellos” se refiere a los nueve miembros de una comunidad mormona —mujeres y niños— que fueron emboscados y asesinados el 4 de noviembre de 2019. El incidente fue un escándalo mayúsculo que dominó las noticias en Estados Unidos. Ahora, al mejor estilo de Pacha Films, la miniserie de cuatro episodios hace un seguimiento exhaustivo en el mismo lugar de los hechos, hablando con los sobrevivientes, las autoridades y los familiares de las víctimas.
“Incluso recorrí el mismo camino donde fueron asesinados”, añade Galdós como quien describe un día más en la oficina. El resultado podrá verse desde este 11 de abril en la cadena antes llamada HBO Max, hoy Max a secas.
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Hablar con Galdós (49), es recibir una avalancha de anécdotas y de experiencias difíciles de igualar. Es uno de nuestros periodistas más reconocidos en el exterior, con nominaciones al Bafta en el Reino Unido y diversos premios como dos Rory Peck de Noticias y tres veces elegido periodista internacional del año en Inglaterra por sus reportajes en zonas tan disímiles como Honduras, Brasil, México y Perú. Su nombre, sin embargo, no es conocido por el público peruano.
Experiencia. Incursión en el Paso del Darién, con los miles de migrantes ilegales rumbo a EEUU. Foto: difusión
Está la vez que se subió al Tren de la Muerte para contar la historia de los migrantes ilegales que van a Estados Unidos. O sus entrevistas a los líderes de la Mara Salvatrucha en Honduras, a los cazadores ilegales de animales en la selva peruana o sus reportajes sobre la prostitución en Madre de Dios, siempre con testimonios frente a cámara. O cuando se internó en las favelas de Río de Janeiro para registrar en video cómo se preparaba cocaína para la venta ambulatoria. O cuando recorrió durante seis días el peligrosísimo Paso del Darién, en la selva pantanosa entre Colombia y Panamá, acompañando a otros migrantes en su ruta a Estados Unidos, a varios de los cuales vio morir.
En 2014, Galdós consiguió una entrevista para la cadena estadounidense PBS a la madre del capo de capos, el narco mexicano Joaquín el Chapo Guzmán, antes de su segunda captura. María Consuelo Loera Pérez, la progenitora, le dijo ante cámaras que su hijo “no mató a nadie” y que no entendía por qué las autoridades le perseguían. En 2019, se sentó con Diego Armando Maradona y con el presidente del Club Dorados de Sinaloa, y los convenció de darles acceso para rodar Maradona en Sinaloa para Netflix.
En un día común y corriente todo es muy intenso en Pacha Films. Tienen su oficina en Miraflores, desde donde monitorean cualquier hecho con carácter noticioso que pudiera interesarle a las cadenas con las que trabajan: desde Discovery, Nat Geo, Al Jazeera o PBS hasta Netflix o Channel 4 del Reino Unido, uno de sus principales clientes. El equipo nuclear de seis personas se apoya en dos periodistas en formación y, dependiendo del proyecto, se convocan a freelancers para cubrir las necesidades de directores, camarógrafos o investigadores-productores. En una día promedio pueden estar trabajando en tres o cuatro proyectos al mismo tiempo.
Masacre de los mormones fue producida por un miembro del equipo que ya no está en Pacha Films, Luciano Gorriti —familiar lejano de Gustavo—, peruano ganador de un Emmy en 2014 por el documental Trata de mujeres de Tenancingo a Nueva York, producido también por Discovery y realizado por Pacha. “Cuando ocurren los hechos, Guillermo viaja a la zona, habla con las familias y hace un primer contacto”, cuenta Gorriti. “Con ese material, Discovery compra la idea y yo entro a liderar la investigación junto con otros apoyos en México. Viajamos a La Mora, a Colonia LeBarón (sede de los hechos). Estuve en México más de dos meses entre 2021 y 2022; luego hubo un proceso largo de posproducción”.
Grabación. Muchos de sus trabajos cubren temas de criminalidad en la región. Foto: difusión
“Somos un equipo pequeño que por un lado hacemos un trabajo de desarrollo diario, buscamos historias y los ángulos para tener una diferencia”, dice desde México Luis del Valle, cofundador de Pacha Films. La llegada del trabajo con Max, sin embargo, les abre una nueva veta: el subgénero de true crime, o crimen real, en el cual se van revelando poco a poco los intersticios de un crimen y la explicación de las causas, motivaciones y responsables. Galdós, por su parte, piensa que en un futuro no muy lejano podrían incursionar en ficción.
Lisa Estella, quien debutó como codirectora para Al Jazeera con Monkey Man el año pasado, es la productora periodística del equipo. “Tenemos un calendario que siempre nos está respirando en la nuca”, confiesa. “Tenemos que aprovechar muy bien cada minuto del día, tener muy claro lo que se quiere de cada historia, cuál es la visión del proyecto o qué es lo que quiere la cadena”.
Galdós, cuyo apellido real es Galdós-Tangüis, no tiene problemas en no ser conocido en su propio país. De hecho, pareciera que guardar un perfil bajo es requisito en su productora y esta es una de las raras veces que sus miembros hablan de su trabajo. “A veces comento algo en redes, pero estamos expuestos no solo a los insultos, sino a las amenazas”, reconoce. “Al final no nos mueve el reconocimiento ni la fama, sino la necesidad de contar estas historias que otros no cuentan y que son urgentes, que son necesarias”.