Los críticos de cine jamás habrían imaginado que el cómico neoyorquino de Saturday Night Live llamado Adam Sandler iba a convertirse en un antihéroe de la comedia. De haberlo sabido, habrían puesto aún mucho más empeño para evitar su paso como actor, estrella y ahora marca del mal gusto.
Con las películas “Billy Madison”, “Happy Gilmore” y “Little Nicky”, hizo una declaración de intenciones a las que siempre se mantuvo fiel, sin acomplejarse por los cinco Razzie ganados de 16 nominaciones. Pocas veces vamos a encontrar una carrera tan polarizada como la suya: odiada por la crítica y amada por la audiencia.
En casi todas sus producciones veíamos a aquel clown peterpanesco, armado de chistes burdos y codeado de sus queridos camaradas. Mientras otros actores veían el rodaje como una jornada de trabajo, para él eran vacaciones disfrazadas como una mala comedia romántica o una tonta película de acción.
Sin embargo, la historia era diferente en aquellas ocasiones excepcionales en las que calló a sus detractores. No solo pudimos apreciar sus otros dotes, sino incluso oportunidades de verlo alzando un premio Oscar. A continuación, te compartimos cinco películas suyas en las que no nos reímos de él, sino con él.
La historia nos presenta a Barry Egan, un hombre tímido y solitario que entra en una crisis existencial. Cuando el romance entra inesperadamente a vida, se verá amenazado por un extorsionador y una serie de impredecibles eventos.
Howard Ratner es el propietario de una joyería ubicada en el barrio de los diamantes de la ciudad de Nueva York que vende en exclusiva a ricos y famosos. Un día se produce un importante robo que le obliga a tener que afrontar una deuda económica que no está preparado para pagar.
En esta oportunidad, Sandler interpreta a uno de los hijos de un destacado pero poco amigable artista de New York. Los hermanos se reúnen para celebrar a su padre y su trabajo.
Un cazatalentos de baloncestistas descubre un jugador con enorme talento pero con un pasado difícil. Sin la aprobación de su equipo, decide llevarse el fenómeno con él, dándoles a ambos una última oportunidad para demostrar que son dignos de la NBA.
Charlie Fineman es un dentista de Manhattan que perdió a su familia en el 11-S y también las ganas de vivir. Un buen día, se encuentra con un antiguo compañero de la universidad cuya amistad le ayudará a superar la tragedia.