“Pataclaun” es una de esas series que la generación peruana de los 90 y 2000 no pueden olvidar. Su trama estuvo enfocada en reflejar aspectos de la sociedad de la época desde un punto de vista cómico y gracias al gran carisma de los protagonistas: Wendy Ramos (Wendy), Carlos Alcántara (Machín), Gonzalo Torres (Gonzalete), Carlos Carlín (Tony) y Johanna San Miguel (Queca).
Estrenada en 1997, este show creado por July Naters se extendió a dos temporadas y estuvo al aire hasta 1999. Su aplaudida historia llegó a su final en la cúspide de su éxito y, a su paso, rompió el corazón de miles de fans a lo largo del país.
"Pataclaún" es una de las series más famosas de la TV peruana. Foto: composición LR/Latina
Apoderada de Frecuencia Latina en su horario estelar, la serie “Pataclaun” anunciaba el término de sus emisiones, en diciembre de 1999, con el capítulo “La realidad”. Tal como lo anticipaba el título del episodio, los tres fantasmas y sus inquilinos humanos tenían que afrontar una triste revelación: nada de lo que veían era de verdad.
Fue Monchi, la hija de Wendy y Machín, quien llegó con la noticia luego de haber pasado un año en Italia. Así, trató de convencer al resto de personajes que todos los colores y efectos visuales a los que estaban acostumbrados solo adornaban una historia ficticia. La popular ‘Cosita rica’ fue la que más se negó a aceptar lo que pasaba.
En sus esfuerzos por no despojarse de todo lo que conocía, decidió irse a la luna, en donde Queca le hizo entrar en razón y ambas se prometieron que estarían juntas por siempre. De ese modo, aceptaron ir al mundo real y, a continuación, vimos una rueda de despedidas y ‘secretos revelados’.
Así, el ‘Curita’ mencionó que no es un hombre de religión y que tenía esposa. Por su parte, Tony bromeó con el tamaño de sus manos, que son tan pequeñas como parecen. Asimismo, Wendy aclara que, a pesar de sus escenas con Machín, ella jamás sufrió agresión. Inclusive Alcántara en personaje menciona que él no es ningún agresor.
Acto seguido, todos empezaron a mandar saludos a aquellos que los apoyaron en esos años, incluyendo a los familiares que los veían desde el cielo.
A diferencia de “Al fondo hay sitio”, “Pataclaún” no alargó su historia, sino que supo acabarlo cuando aún estaba en su mejor momento. La magia, cortesía de los fantasmas, daban más posibilidades a la trama, la parodia nunca se normalizó, los personajes brillaban por si solos y la colorida puesta en escena la hizo diferenciarse del resto.
Los Gonzales emocionados tras ver su nueva casa en Las Lomas. Foto: América TV GO