Tras el fenómeno cinematográfico que fue The girl with the dragon tattoo de 2009, el aclamado cineasta sueco Niels Arden Oplev y la actriz Noomi Rapace (Lamb) se reúnen en otra emocionante historia de venganza bajo el nombre Marcado por la muerte, filme que actualmente se ha posicionado como uno de los títulos más populares en Netflix.
El largometraje, cuyo estreno original en la pantalla grande fue en 2013, cuenta con la presencia de Neal Moritz (The fast and the furious, y I Am Legend) y Joel Wyman (Fringe, Keen Eddie) en la producción, cuyo resultado final ofrece un triunfante thriller de acción que esboza un poderoso retrato de la relación entre dos personas atrapadas en un entretejido de emocionante sucesos. Pero ¿de qué trata?
La historia también está protagonizada por Colin Farrell en el papel de Víctor, miembro de una banda que trabaja para el mafioso Alphonse Hoyt (Terrence Howard), quien tiene un problema: alguien ha estado jugando con el criminal acabando con sus matones, desmantelando su operación y enviando pequeños trozos de una foto que revelará la identidad del alborotador.
Por ello, la agrupación que Hoyt encabeza tiene la tarea de encontrar a quien está amenazando a su jefe. Lo que no saben es que Víctor es el traidor entre ellos, debido a que su esposa e hijo fueron asesinados como resultado de los negocios de Alphonse. Sin embargo, el plan del sujeto encubierto se complica cuando uno de sus encargos es presenciado por Beatrice (Rapace), una mujer que vive en el edificio de enfrente, quien, en lugar de llamar a la policía, lo contacta para ejecutar una venganza en su nombre.
“Marcado por la muerte no es profundamente satisfactoria, pero está bien filmada e interpretada, y es una prueba de que se puede hacer un thriller neoyorquino viable con un grupo de europeos”.
“Al principio, un escenario aparentemente hitchcockiano con ecos de La ventana indiscreta, la película se convierte rápidamente en un llamativo drama de venganza que lleva la redención en la manga, con un efecto mayormente agradable”.
“La idea del guion es sólida, aunque su afición por el melodrama puede ser un poco excesiva a veces. Y la conclusión es algo forzada y ligeramente ridícula. Pero la enmarañada red de venganza está bien tejida”.