Un grupo de investigadores en Brasil hizo un descubrimiento notable al identificar una especie animal que, aparentemente, es inmune a los microplásticos. Estas diminutas partículas, originadas por la descomposición de plásticos, están presentes en casi todos los ecosistemas. Diversos estudios han demostrado su propagación en los océanos y su consumo por una amplia variedad de organismos marinos. Sin embargo, este hallazgo indica que, al menos, existe una especie que no parece sufrir efectos negativos por su exposición.
La investigación, liderada por la zoóloga Flávia de França, de la Universidad Federal de Pernambuco, se llevó a cabo en la playa de Cupe, ubicada en Ipojuca, Pernambuco. Los sedimentos marinos analizados contenían cerca de 5.629 organismos distintos, entre los que se encontraban nematodos, tardígrados y gusanos. De acuerdo con los resultados publicados en la revista científica PeerJ, solo una de las especies estudiadas no mostró evidencia de haber ingerido microplásticos.
Los microplásticos provienen de la división de plásticos y productos cotidianos como ropa sintética y cosméticos. Foto: CleanHub
En un experimento, se introdujeron microplásticos en tanques que replicaban su entorno natural. Los resultados mostraron que todos los organismos, excepto los tardígrados, habían ingerido microplásticos, lo que indica una resistencia única de estos invertebrados.
Según el estudio, la clave radica en la anatomía de los tardígrados. "La ausencia de ingestión de microplásticos (MP) por parte de Tardigrada probablemente está vinculada a la estructura de su aparato de alimentación, que consta de un tubo bucal equipado con un estilete, diseñado para perforar y succionar, en lugar de consumir presas enteras", señala la publicación.
Los tardígrados también son conocidos como 'osos de agua'. Foto: difusión
Es relevante destacar que existen aproximadamente 1.300 especies de tardígrados, y no todas podrían compartir la misma inmunidad. Además, los expertos señalaron que, aunque estos organismos no mostraron signos de haber ingerido microplásticos, el 54% presentaba partículas adheridas a sus cuerpos.
Los tardígrados son considerados animales muy resistentes. Foto: Proyecto Agua / Flickr
Los microplásticos, fragmentos de menos de 5 milímetros, han invadido casi todos los organismos vivos, desde plantas hasta humanos. Llegan al océano a través de la descomposición de productos plásticos y son fácilmente ingeridos por animales marinos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la salud de la cadena alimentaria.
Su presencia en el ecosistema marino puede tener efectos significativos en la cadena alimentaria. A medida que los organismos más pequeños son consumidos por depredadores, la concentración de microplásticos y sustancias químicas asociadas aumenta en animales más grandes. Ello afecta la salud de los organismos marinos y, en última instancia, de los humanos que consumen mariscos y peces.
La contaminación por microplásticos es un desafío global. En 2022, la ONU aprobó una resolución para redactar un tratado sobre contaminación plástica. Iniciativas como The Ocean Cleanup están desarrollando tecnologías para eliminar plásticos de los océanos antes de que se fragmenten en microplásticos, mientras que se investigan materiales biodegradables como alternativas a los plásticos tradicionales.
Los microplásticos surgen de la fragmentación de desechos plásticos en el océano. Foto: Greenuso
La investigación sobre la resistencia de los tardígrados a los microplásticos está en curso. Los científicos exploran adaptaciones fisiológicas, como la proteína CAHS-8, que podría ser clave para su supervivencia en condiciones extremas. Estos estudios podrían ofrecer información valiosa sobre cómo interactúan con los microplásticos y otros contaminantes.
Los tardígrados desempeñan un papel crucial en el ecosistema marino al actuar como depredadores de microorganismos, lo que contribuye a regular sus poblaciones. Además, su respuesta a contaminantes puede servir como un indicador de la calidad del agua y del suelo, lo que los convierte en un elemento clave para el monitoreo ambiental.