Un estudio reciente de la Universidad de Tokio ha aportado sorprendentes hallazgos sobre los orígenes del pueblo japonés. Analizando ADN antiguo de restos humanos de 2.300 años de antigüedad, los investigadores identificaron tres grupos ancestrales clave: los Jomon, los Yayoi y un tercer grupo del noreste de Asia. Este descubrimiento cuestiona teorías previas, revelando que los Yayoi se mezclaron con poblaciones del noreste asiático antes de arribar a Japón, lo cual modifica la comprensión tradicional de la formación genética en el archipiélago japonés.
Este hallazgo no solo redefine el mapa genético del pueblo japonés, sino que también ofrece una nueva visión sobre las migraciones antiguas en Asia. La mezcla genética entre los Yayoi y este tercer grupo asiático resalta la complejidad de la historia genética de Japón, abriendo interrogantes sobre las interacciones entre diversas poblaciones antes de su establecimiento definitivo en el archipiélago japonés.
Contrario a teorías anteriores, los Yayoi se mezclaron con el grupo del noreste de Asia antes de llegar a Japón, lo que transforma la narrativa de sus orígenes. Foto: Cosmos Magazine
El estudio, publicado en Nature, emplea tecnología avanzada de secuenciación de ADN para explorar los orígenes genéticos de la población japonesa. Durante años, se creyó que la sociedad japonesa surgió de la mezcla de los Jomon, cazadores-recolectores que vivieron hace más de 10.000 años, y los Yayoi, inmigrantes que llegaron desde la península de Corea alrededor del año 1000 antes de Cristo. Sin embargo, el nuevo análisis revela un tercer grupo procedente del noreste de Asia, que ya se había fusionado con los Yayoi.
Este descubrimiento cambia la forma en que los expertos comprenden la evolución de la población, y muestra que la mezcla genética fue más compleja de lo que se pensaba. “Los resultados muestran que más del 80% del ADN de los japoneses modernos proviene de la inmigración”, explicó el investigador principal, Jun Ohashi.
Inmigrantes del continente asiático, principalmente de la península de Corea, que llegaron a Japón hace unos 3.000 años, trayendo consigo el cultivo del arroz y otras innovaciones. Foto: Kim et al 2024
La llegada de los Yayoi desde el continente asiático trajo avances en la agricultura, como el cultivo del arroz, y también transformó la estructura genética de la población en el archipiélago japonés. El ADN antiguo recuperado del sitio de Doigahama muestra que los Yayoi no viajaron solos, sino que ya habían tenido contacto y mezcla con un grupo del noreste de Asia, lo que dio lugar a una composición genética mixta.
La importancia de este hallazgo radica en que proporciona una nueva perspectiva sobre cómo los movimientos migratorios. Los Yayoi, con sus influencias del noreste asiático, jugaron un papel crucial y las similitudes genéticas entre los japoneses y las poblaciones modernas de Corea refuerzan esta hipótesis.
A pesar del avance que representa este estudio, los investigadores continúan con más análisis para descifrar los detalles de la mezcla genética en Japón. El equipo de la Universidad de Tokio planea secuenciar más ADN de individuos de la era Yayoi, con el objetivo de aclarar cómo la interacción entre los inmigrantes del noreste de Asia y los Jomon autóctonos ocurrió en diferentes momentos históricos.
Además, los científicos buscan entender con mayor precisión cómo se distribuyeron estos grupos genéticos por el archipiélago y cómo las migraciones influyeron en el desarrollo de las prácticas culturales, lingüísticas y agrícolas.
Los inmigrantes Yayoi jugaron un rol fundamental en la evolución cultural de Asia, especialmente en Japón. Su llegada, alrededor del año 300 a.C., marcó un cambio significativo en la historia del archipiélago japonés, introduciendo avances tecnológicos y agrícolas cruciales. Uno de los legados más importantes de los Yayoi fue la agricultura del arroz, que transformó una economía basada en la caza y la recolección hacia una agricultura organizada, permitiendo el establecimiento de asentamientos permanentes y fomentando el crecimiento de las comunidades. Este cambio sentó las bases para una sociedad más estructurada y compleja en Japón.
Además de la agricultura, los Yayoi aportaron la metalurgia del bronce y el hierro, lo que revolucionó la fabricación de herramientas y armas más avanzadas. Esta innovación no solo impulsó el crecimiento económico, sino que también mejoró la capacidad de defensa y expansión de las comunidades. A través de estos avances, los Yayoi dejaron una huella profunda en la cultura y la organización social japonesa, acelerando su transición hacia una sociedad más desarrollada. Hoy en día, la influencia de los Yayoi es reconocida como un pilar fundamental en la historia y la identidad cultural de Japón.