A 400 kilómetros de distancia de la Tierra, un equipo de astronautas ha logrado un nuevo avance en la tecnología espacial. En la Estación Espacial Internacional (ISS), se realizó la primera impresión 3D de metal, con el uso de un alambre de acero inoxidable. El hito tuvo lugar en el módulo de laboratorio Columbus de la Agencia Espacial Europea (ESA) y marca un avance en la fabricación en órbita.
El proyecto es el resultado de la colaboración entre la ESA, Airbus Defence and Space SAS y el Centro de soporte al usuario de CADMOS en Francia, lo cual evidencia la importancia de la cooperación internacional en la investigación espacial. Con esta tecnología, los astronautas podrán fabricar herramientas y componentes directamente en el espacio, lo que optimizaría los recursos y reduciría los costos de las misiones.
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La impresora 3D de metal llegó a la Estación Espacial Internacional en enero y fue instalada por el astronauta de la ESA Andreas Mogensen. Utiliza un alambre de acero inoxidable que se introduce en el área de impresión, donde un láser de alta potencia lo calienta hasta fundirlo.
El proceso es supervisado desde la Tierra. La tripulación a bordo solo necesita abrir una válvula de ventilación y nitrógeno antes de comenzar la impresión, según se informa en una publicación de la ESA. La impresora funciona dentro de una caja completamente sellada, lo que evita la fuga de calor y vapores.
La ESA contrató a Airbus Defence and Space SAS para producir la impresora 3D en la Estación Espacial Internacional. Foto: ESA
La primera pieza metálica impresa ha sido una pequeña figura con forma de S. El objeto curvado demuestra la viabilidad de esta tecnología en condiciones de microgravedad.
"El éxito de esta primera impresión, junto con otras líneas de referencia, nos deja preparados para imprimir piezas completas en un futuro próximo", expresó Rob Postema, oficial técnico de la ESA en un comunicado oficial.
La impresora 3D está ubicada en el laboratorio Columbus de la ESA, en la EEI. Foto: NASA
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La capacidad de imprimir en 3D en el espacio tiene numerosas aplicaciones y ventajas. Una de las principales es la creación de una economía espacial circular, donde los materiales reciclados de satélites antiguos puedan reutilizarse para fabricar nuevas herramientas y estructuras. Esto reduciría la necesidad de enviar componentes desde la Tierra.
El ingeniero de materiales de la ESA, Advenit Makaya, ha indicado que las piezas impresas en el espacio serán enviadas a la Tierra para compararlas con impresiones realizadas en condiciones de gravedad normal. Dos de estas figuras serán analizadas en el Laboratorio de Materiales y Componentes Eléctricos de ESTEC en los Países Bajos; mientras que, las otras dos irán al Centro Europeo de Astronautas y a la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU). El análisis permitirá comprender el impacto de la microgravedad en la impresión de materiales metálicos.
Asimismo, Sébastien Girault, miembro del equipo de Airbus, que participa en el proyecto, ha destacado la calidad de las impresiones. "Estamos muy contentos de haber realizado la primera impresión 3D en metal a bordo de la EEI: ¡la calidad es tan buena como podríamos soñar!", dijo. El éxito allana el camino para futuras impresiones de objetos más complejos y de mayor tamaño.