¿Y si los bosques dejaran de existir? Se sabe que los árboles, especialmente los de la Amazonía, son el pulmón del mundo. Pero la liberación de oxígeno y captura de gases contaminantes no es su única contribución para la vida en la Tierra, pues también cumplen un papel fundamental en el ciclo natural del agua, con el transporte del líquido mediante 'ríos voladores'. Sin embargo, si bien los bosques no van a desaparecer, pese a los altos niveles de deforestación de los últimos años, sí pueden dejar de funcionar como lo hacen hoy.
“La posibilidad de que el sistema forestal amazónico pronto alcance un punto de inflexión, provocando un colapso a gran escala, ha generado preocupación mundial”, se indica en un estudio científico publicado recientemente en la revista Nature.
La llegada a un ‘punto de no retorno’ que podrían alcanzar los bosques por las actividades extractivas ha sido advertida desde hace décadas y el tiempo avanza más rápido que las medidas para proteger a la Amazonía. Un ejemplo es la insólita aprobación de la denominada ‘ley antiforestal’ en Perú, motivo de protestas en varias regiones del país durante las últimas semanas.
Para conocer más acerca de la situación crítica en la que se encuentran los bosques y la alarmante cercanía al preocupante límite, conversamos con Tatiana Espinosa, ingeniera forestal y fundadora de la organización ARBIO, que trabaja por la conservación forestal en la Amazonía peruana.
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“El punto de inflexión —también conocido como ‘punto de no retorno’— es el momento en que todo el ecosistema colapsa y deja de brindar los servicios que ofrece. Comienza un proceso de degradación”, señala Espinosa. Es decir, el bosque ya no libera oxígeno, ya no regula la temperatura, ya no intercepta ni evapora agua.
Se estima que este efecto se ha ido observando de forma gradual desde 1980, según el mencionado estudio de Nature. “Las observaciones satelitales de todo el Amazonas sugieren que la resiliencia de los bosques ha ido disminuyendo desde principios de la década del 2000”, se precisa.
“El ecosistema se va secando y pierde funciones ecológicas, que es lo más importante que necesitamos para enfrentar la crisis climática”, resalta la ingeniera forestal.
A partir de la pérdida de humedad, se van perdiendo las características básicas de un bosque húmedo tropical. Entonces, las especies empiezan a adaptarse a un ecosistema más seco y se reduce la diversidad.
La deforestación acumulada es el principal factor que acerca a la Amazonía hacia este límite. Sin embargo, eso no es todo. “Mientras más se deforeste, vamos a entrar a ese punto de inflexión, pero no solo es la deforestación, sino también la degradación de los bosques”, asevera Espinosa.
La degradación de los bosques es un proceso que está avanzando en Perú sin datos disponibles que ayuden a visualizar el panorama completo, pues el Ministerio del Ambiente aún no ha proporcionado un mapa de degradación de bosques pese a que se ha solicitado hace años, según afirma la experta.
“Un bosque degradado pierde resiliencia y es más vulnerable. Además, tiene más riesgo de incendiarse, pierde humedad y disminuye la provisión de servicios ecosistémicos”, explica la ingeniera forestal sobre los bosques degradados.
Las principales causas de deforestación en Perú son por minería y por cambio de uso de suelo. Foto: ProNaturaleza
¿Es posible evitar la degradación que acerca a los bosques cada vez más al 'punto de no retorno'? Tatiana Espinosa sostiene que una medida importante —en vista de que no es posible detener la tala de árboles, la cual también se realiza de forma legal— sería evitar la deforestación de árboles ancestrales.
“Gran parte del equilibrio de estos ecosistemas depende de estos sabios del bosque. Todo está conectado, de los árboles antiguos depende la supervivencia de los más jóvenes", manifiesta la ingeniera forestal. Además de intercambiar nutrientes y agua, los árboles más viejos también transmiten información a los árboles de menor edad acerca de cómo defenderse ante ciertas plagas, entre otra información genética. Así, estos árboles son valiosos para la preservación forestal, sobre todo en tiempo de escasez.
Aves grandes, como el águila harpía, anidan en árboles centenarios como el shihuahuaco. Foto: Rainforest Expeditions/San Diego Zoo Global
Si bien lo ilegal sobrepasa lo legal, la especialista sostiene que de forma lícita también se están extrayendo árboles ancestrales para exportarlos a países como China. “Estamos permitiendo que se corten árboles centenarios para que se conviertan en pisos de parqué; eso degrada el ecosistema”, advierte.
“Los árboles de madera dura demoran más en crecer, tienen que haber vivido cientos de años para llegar a ser así de grandes. Con la modificatoria de la Ley Forestal se pone en peligro ello también”, comenta.