Frente a la costa sureste de Nueva Zelanda, unas misteriosas huellas fueron descubiertas en el fondo del mar. Las marcas, a 450 metros de profundidad, lucen como si un caballo o alguna especie de equino hubiera galopado en el lecho marino, lo cual carece de lógica, dada la naturaleza de estos animales. Una década después, tras varios años de incertidumbre, el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda (NIWA) halló la explicación.
La respuesta a tantas preguntas fueron dadas a conocer por los investigadores del NIWA en un estudio publicado en la revista científica Deep Sea Research Part I: Oceanographic Research Papers este mes.
Las misteriosas 'huellas de pezuña' fueron halladas en la montaña submarina Chatham Rise, al sureste de Nueva Zelanda. Foto: NIWA
Las huellas, muy parecidas a cascos o pezuñas, coinciden con la forma de los hocicos puntiagudos de algunas especies de peces cola de rata que habitan en las profundidades, conocidos como granaderos (Coelorinchus), según la investigación.
Se estima que la parte de la hendidura de las marcas, probablemente, sean producto de mordeduras de estos peces cuando succionan su alimento en el barro del fondo marino.
"Sostenemos que estas huellas son hechas por granaderos de Coelorinchus que se alimentan del bentónico", se indica en el estudio. Se denomina bentónico a organismos que permanecen fijos en el fondo marino. Algunos ejemplos son las algas, las almejas, algunos caracoles y cangrejos.
Marca de mordedura de cola de rata superpuesta que muestra la coincidencia. Foto: NIWA
Para lograr descubrir la explicación tras las huellas, los investigadores de NIWA utilizaron una tecnología denominada sistema de imágenes de remolque profundo (DTIS) que les permitió ver el fondo marino con cada detalle en alta calidad.
El camino hacia la respuesta se abrió paso cuando Sadie Mills, directora de colección de invertebrados de NIWA, decidió consultar con un científico especializado en animales de aguas profundas para confirmar su hipótesis de que quizás eran marcas ocasionadas por un peculiar pez que habita aquellas zonas.
Y, en efecto, conforme con lo que narra un comunicado de NIWA, el experto Darren Stevens confirmó que se trataba de los peces granaderos.
“La razón por la que podríamos señalar una especie específica es por las características únicas de su cabeza: estos tipos de cola de rata tienen un hocico largo y una boca extensible en la parte inferior de la cabeza que les permite alimentarse del fondo marino, algo que otras especies no hacen”, explicó Stevens.
Fotografía con rastros capturados por el NIWA. Foto: NIWA
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Zelandia es considerado el séptimo continente de la Tierra. Aunque hace millones de años esta gran masa terrestre existió por encima del mar, actualmente el 94% de su corteza se encuentra hundida bajo el agua y solo algunas partes se elevan como pequeñas islas.
Chatham Rise, la montaña submarina donde se encontraron las huellas de los peces granaderos, es una estructura que pertenece a este antiguo continente.
Chatham Rise se encuentra al este de Nueva Zelandia. Foto: Academic Dictionary and Encyclopedia