Grigory Kessel, un experto en escritura medieval de la Academia Austriaca de Ciencias, encontró un pasaje de la Biblia que permaneció oculto en un manuscrito de la biblioteca del Vaticano durante más de 1.500 años.
Este pasaje bíblico fue redactado originalmente en el siglo III, hace 1.800 años, sin embargo, su contenido fue borrado y sobreescrito por un escriba en Palestina, aproximadamente en el siglo VI, indica el artículo que detalla el hallazgo, publicado el mes de marzo en la revista New Testament Studies.
Según el investigador, durante la Edad Media, los pergaminos solían ser escasos en el desierto, razón por la cual algunos escribas solían redactar el nuevo contenido encima de otros escritos antiguos. A este tipo de materiales textuales se les denomina palimpsestos.
PUEDES VER: La increíble imagen de la Tierra tomada desde el espacio durante el último eclipse solar
En el palimpsesto en cuestión, Kessel detectó en total tres escrituras, distribuidas en tres capas distintas. La más reciente y superficial se encuentra escrita en georgiano; la intermedia, en griego; y la última, en siríaco antiguo.
La tercera capa del texto ―la más reciente descubierta y, al mismo tiempo, la más antigua― solo fue detectada mediante luz ultravioleta, una técnica que permite descubrir mensajes que permanecen impregnados con tinta en el papel a lo largo del tiempo.
El texto en siríaco antiguo ofrece detalles del Evangelio de Mateo (específicamente en el capítulo 12 y versículo 1), que se han perdido en la traducción del Nuevo Testamento en la versión actual de la Biblia.
El fragmento de la traducción del Nuevo Testamento es visible bajo luz ultravioleta. Foto: Biblioteca Vaticana
El pasaje actual de Mateo 12:1 señala: "En aquel tiempo Jesús iba por los sembrados en sábado; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer".
Sin embargo, el pasaje bíblico descubierto este año indica un detalle adicional: que los discípulos "comenzaron a arrancar espigas, a frotarlas con las manos y a comerlas".
Aunque se desconoce si el acto de frotar el grano esconde un significado religioso, otros expertos destacaron el trabajo de Kessel e indicaron que se trataba de un hallazgo de gran importancia.
"Este es realmente un descubrimiento emocionante y una brillante pieza de desciframiento", dijo Sebastian Brock, un jubilado profesor de siríaco en la Universidad de Oxford, ante LiveScience.
En sus palabras, estos descubrimientos son “significativos para el estudio de la historia temprana del texto del Nuevo Testamento antes de que alcanzara la forma familiar de las traducciones modernas”.