Aunque no las distingamos, la piel del cuerpo humano posee marcas invisibles que nos acompañan desde el nacimiento y lo seguirán haciendo hasta la muerte. Se tratan de las líneas de Blaschko, una especie de huellas biológicas que tiene nuestra anatomía.
Si bien en la mayoría de personas las líneas de Blaschko son imperceptibles, estas sí son reveladas en individuos con mosaicismo cutáneo, un trastorno que ocurre cuando dos o más tipos de células genéticamente distintas brindan diferentes colores a la piel. Esta condición está relacionada con enfermedades como el vitiligo, el eccema o la psoriasis.
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Los científicos creen que las líneas de Blaschko son patrones que muestran el desplazamiento que tomaron nuestras células epidemiales y cómo estas proliferaron cuando nos desarrollábamos dentro del útero de nuestras madres.
Las líneas indican el recorrido de los queritanocitos (las células principales en la superficie de nuestra piel) y los melanocitos (las células profundas de la epidermis que dan color a nuestra piel) en toda nuestra anatomía.
Distribución de las líneas de Blaschko en la anatomía humana. Foto: Hudson Alpha Institute for Biotechnology
Según la Sociedad de Dermatología de Atención Primaria del Reino Unido (PCDS, por sus siglas en inglés), "el mosaicismo cutáneo solo surgirá como líneas de Blaschko si las mutaciones genéticas ocurren lo suficientemente temprano en la etapa embrionaria".
En cambio, si ocurren fuera de esta etapa, las marcas seguirán otros rumbos.
Por lo general, las líneas de Blaschko se distribuyen de la siguiente manera: tienen forma de V en la parte superior de la columna vertebral, forma de S en el abdomen, forma de U invertida desde el pecho hasta la parte superior del brazo y de orientación perpendicular en las piernas.
Mientras tanto, en el cuero cabelludo y a lo largo del cuello, las marcas tienen forma de espirales y ondulaciones, respectivamente.
Si bien las líneas de Blaschko presentan las disposiciones mencionadas, las marcas en la piel suelen verse de manera muy heterogénea, un fenómeno llamado mosaicismo. A continuación, puedes ver los patrones más comunes del mosaicismo cutáneo: los dos primeros son los más frecuentes.
Patrones de mosaicismo en humanos. Foto: Clinics in Dermatology (2011)
Las líneas de Blaschko reciben el nombre de la primera persona que las describió, Alfred Blaschko. A principios del siglo pasado, este dermatólogo alemán observó a más de un centenar de pacientes y descubrió que sus afecciones de la piel, marcas de nacimiento y lunares parecían seguir patrones fijos.
El hallazgo fue revelador, ya que estas marcas no seguían la disposición de otras estructuras humanas conocidas, tales como vasos sanguíneos o nervios.