Un ensayo clínico llevado a cabo en más de 1.700 pacientes con alzheimer mostró que el fármaco experimental lecanemab ha logrado retrasar en un 27% el deterioro mental que causa esta enfermedad, que afecta a casi 30 millones de personas.
Los resultados de la investigación, publicados en New England Journal of Medicine, ponen fin a décadas de fracasos y podrían inaugurar una nueva era de medicamentos para tratar la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia.
Investigadores del Alzheimer’s Research de Reino Unido han descrito las conclusiones como “trascendentales”, mientras que el Dr. John Hardy, uno de los principales médicos detrás del desarrollo de un medicamento contra esta enfermedad neurodegenerativva, dice que se trata de un evento “histórico”.
Actualmente, solo existen medicamentos que controlan los síntomas del alzheimer, mas no que ralenticen o reviertan su curso.
Los médicos experimentaron con voluntarios de entre 50 y 90 años que padecían alzheimer de fase temprana, es decir, tenían pérdidas leves de memoria, pero no eran síntomas discapacitantes. Cada 15 días, un grupo recibió el fármaco en estudio y el otro grupo un placebo.
Si bien la enfermedad continuó robando la capacidad intelectual de las personas, esa disminución fue mucho menor con lecanemab que sin el fármaco. Esto se vio expresado en una diferencia de 0,45 puntos, según un test que evalúa la gravedad de la demencia en una escala de 18 puntos.
Lecanemab, diseñado por la farmaceútica japonesa Eisai y la estadounidense Biogen, es un anticuerpo monoclonal que destruye las concentraciones de la proteína beta amiloide en el cerebro, las cuales impiden la información entre neuronas.
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Pero no todo es color de rosa. A lo largo de los 18 meses que duró el ensayo clínico, los científicos notificaron efectos adversos leves, como pequeñas hemorragias cerebrales. Esto fue seis veces mayor en los pacientes con lecanemab que aquellos medicados con el placebo: 0,6% frente a 0,1%.
En algunos casos, dichos efectos adversos también obligaron a que los voluntarios interrumpieran el tratamiento: un 7% relacionado con lecanemab y un 3% con el placebo.
En ese sentido, el equipo de expertos sostiene que el fármaco “fue asociado con efectos adversos” y subraya la necesidad de “ensayos más prolongados para determinar la eficacia y la seguridad del lecanemab en el alzhéimer temprano”.
Algunos científicos, en tanto, también han planteado dudas sobre la completa seguridad de lecanemab después de que dos voluntarios muriesen por una hemorragia cerebral masiva presuntamente vinculada al fármaco, reportaron en un informe publicado en la revista Science.
Después de realizar una autopsia a la última fallecida (una mujer de 65 años), los expertos señalan que lecanemab podría ser fatal en aquellas personas que tienen depósitos de amiloide alrededor de muchos vasos sanguíneos del cerebro. Esta es una condición que se encuentra tanto en pacientes con alzheimer como en la población general que usualmente pasa desapercibida.