La Estación Espacial Internacional (EEI) continúa con un futuro incierto debido a las sanciones económicas de Occidente sobre Rusia, impuestas para debilitar su intervención militar en Ucrania.
Desde el inicio de la tensión internacional, la agencia espacial rusa, Roscosmos, a través de su director principal, Dmitri Rogozin, ha advertido a Estados Unidos y a Europa que abandonaría el laboratorio espacial —y también reduciría su vida útil— si no eliminan sus penalidades. Sin embargo, el pasado 28 de marzo, Rogozin ha dado un ultimátum con fecha límite.
“El 31 de marzo es el último día que tiene la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA) para responder a nuestro requerimiento de que levanten las sanciones contra dos de nuestras empresas civiles”, dijo Rogozin, en alusión a JSC-TsNIIMash y TsSKB Progress, indica la agencia EFE.
La Estación Espacial Internacional está en la órbita baja de la Tierra desde hace 23 años. Foto: NASA
Ambas empresas tecnológicas, bajo jurisdicción de Roscosmos, son responsables de la investigación aeroespacial rusa y han colaborado en el desarrollo de vehículos de lanzamiento, naves espaciales tripuladas y robóticas y estaciones orbitales.
La respuesta de la NASA, la ESA y la CSA definirá si Rusia opta por prolongar la vida de la plataforma internacional hasta 2030. Por el momento, su participación se limita al 2024, mientras paralelamente construye su propia su estación espacial en miras a 2025.
Rusia ha respondido a las sanciones contra su industria aeroespacial, y ha dejado de suministrar motores de cohetes para Estados Unidos, al cancelar el lanzamiento del primer róver europeo en Marte y al anunciar futuras misiones propias.
Según Rogozin, dichas contramedidas han significado un gasto de 12.000 millones de dólares para las potencias de Occidente.
El 24 de febrero, jefe de Roscomos escribió en su Twitter en respuesta a las sanciones de Joe Biden ante Rusia: “Si bloquean la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la EEI de una salida descontrolada de su órbita y su caída sobre el territorio de EE. UU. o Europa?”.
El comentario alude a que la nave rusa de reabastecimiento Progress es la única disponible que puede aumentar la altitud de la EEI, la cual va disminuyendo por la resistencia atmosférica.
En tanto, su contraparte norteamericana, Cignus, aún se encuentra en estado de prueba.