A casi un mes de que se pronosticara el impacto de un cohete con la Luna el próximo 4 de marzo, aún se desconoce qué empresa o nación es la verdadera dueña del objeto espacial. El misterio acerca de su procedencia ha aumentado ahora con la negación de China, el país presuntamente responsable, según los últimos cálculos.
En un inicio, la comunidad de ProjectPluto, un software de observación de estrellas, señaló que el enigmático objeto era la parte superior del cohete Falcon 9 de SpaceX, que fue lanzado al espacio en marzo de 2015 para poner en órbita un satélite meteorológico de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Luego, con una evidencia “más sólida”, se le atribuyó la responsabilidad a China, que en octubre de 2015 envió el cohete Long March 3C para acompañar a la misión lunar Change’e 5-T1. Esta información fue secundada por la página especializada en astronomía Virtual Telescope y también por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA.
Etapa superior de Chang'e 5-T1 en su último sobrevuelo con la Tierra, el 8 de febrero de 2022. Foto: composición / Virtual Telescope / NASA
Pero este lunes 23 de febrero ocurrió otro vuelco en la historia. Según la agencia AFP, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China negó que el cohete sea el March 3C, ya que este, después de cumplir su misión, “entró con seguridad en la atmósfera terrestre y quedó totalmente incinerado”.
El portavoz Wang Wenbin manifestó en una conferencia de prensa que Beijing “defiende concienzudamente la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio exterior”, en alusión a que este instrumento ya forma parte de la enorme cantidad de basura orbital.
Durante siete años, el misterioso cohete ha viajado caóticamente atraído por la fuerza gravitatoria de la Tierra y la Luna. El 8 de febrero, Gianluca Masi captó en una serie de imágenes cuando hizo su máximo acercamiento a la Tierra (40.000 kilómetros de distancia).
La colisión del cohete en el lado oscuro del satélite natural es inminente, pero no implicará ningún riesgo mayor. Según Bill Gray, astrónomo responsable del ProjectPluto, el único rastro que dejará será un cráter de al menos 20 metros de diámetro, cuando el objeto impacte a una velocidad media de 5.600 metros por hora.
Será la primera vez que un instrumento elaborado por el hombre choque con la Luna sin fines científicos.
PUEDES VER: El contenido de los discos de oro que las sondas Voyager entregarán a los extraterrestres
Lo cierto es que, sea quien fuere el responsable verdadero, la adjudicación de un accidente de este tipo puede minar la reputación internacional de una compañía y, con ello, quizás sus futuros proyectos espaciales.
El magnate Elon Musk, por un lado, está a puertas de conseguir la autorización para comenzar las operaciones de la meganave Starship, que un futuro promete viajes tripulados a Marte. Mientras tanto, también busca globalizar el acceso a internet mediante un gran enjambre de satélites Starlink que orbiten el planeta.
China, por otro lado, respaldada por sus exitosas misiones de la última década, se encuentra en la carrera por convertirse en una potencia de la exploración espacial. Así, por ejemplo, el país asiático está ensamblando en el espacio su futura Estación Espacial Internacional y un telescopio similar al Hubble de la NASA.
Por el momento, habrá que esperar hasta el 4 de marzo para comprobar realmente qué cohete termina estrellándose en la Luna.