Una investigación llevada a cabo por un equipo internacional de científicos ha conseguido demostrar que las personas vacunadas contra la COVID-19 poseen un ejército de células inmunitarias, que reaccionan a la infección causada por cualquier variante conocida.
Según el estudio, publicado recientemente en la revista Cell, hasta el 90% de las células T de estos individuos reconocen a todas las variantes del coronavirus examinadas, desde alfa hasta ómicron.
Las células T —también llamadas linfocitos T— son conocidas como la segunda línea de defensa contra las infecciones: si los anticuerpos fracasan en evitar el contagio, entran en acción dos tipos de células T, las CD8 o asesinas, que eliminan a las células infectadas, y las CD4 o colaboradoras, que ponen en alerta al resto del sistema inmunitario. Esta respuesta conjunta puede frenar el progreso de la enfermedad.
Hasta ahora, parte de la preocupación en torno a las nuevas variantes del coronavirus se ha centrado en su capacidad de evadir los anticuerpos generados por la vacunación. Este problema se ha hecho evidente con la reciente ola de contagios causada por la variante ómicron. Sin embargo, la baja proporción de casos graves podría explicarse con los resultados del nuevo estudio.
Los investigadores analizaron la sangre de un centenar de personas inmunizadas con las vacunas de Pfizer, Moderna, Janssen y Novavax. Las muestras fueron tomadas en distintos puntos de tiempo, desde dos semanas después de la primera dosis hasta seis meses después de la segunda dosis.
En cuanto a la duración de la respuesta inmune, observaron una marcada disminución en el nivel de anticuerpos y células B (las productoras de anticuerpos). En contraste, las células T se mantuvieron en una cantidad estable.
Al poner a prueba estos agentes inmunitarios contra las distintas variantes, constataron que las células B y sus anticuerpos reconocían solo parcialmente al virus (en el caso de ómicron, solo el 42% lo reconocía).
No obstante, el 87% de las células T CD8 y el 90% de las células T CD4 reconocieron efectivamente a las variantes. En el caso específico de ómicron, el reconocimiento fue del 85% y 84% respectivamente.
Asimismo, los autores del estudio pudieron comprobar que las células T reconocen las partes del virus que no se ven tan afectadas por las mutaciones, lo cual explica por qué mantienen una efectiva protección frente a las diversas variantes.