Durante años, los científicos se han preguntado cómo el impacto del asteroide al final del Cretácico acabó con casi el 75% de especies de plantas y animales, incluyendo a los dinosaurios. Se cree que los cataclismos y tsunamis acabaron con la mayoría de mamíferos, pero los efectos medioambientales que le siguieron también prolongaron las extinciones.
Uno de los efectos del impacto fueron los incendios forestales que ocasionaron una densa nube de hollín, la cual habría envuelto parte de la Tierra e impedido el paso del Sol. En esa completa oscuridad de hace 66 millones de años, la fotosíntesis (proceso vital de las plantas) se habría interrumpido y la cadena trófica se habría alterado por completo.
“La concentración de hollín en los primeros días o semanas de los incendios habría sido lo suficientemente alta como para reducir la cantidad de luz solar entrante a un nivel lo suficientemente bajo como para evitar la fotosíntesis”, dijo el geólogo Peter Roopnarine a LiveScience.
Tras la colisión del asteroide, se cree que sucedió un “invierno de impacto”, una temporada de nubes de roca pulverizada y ácido sulfúrico que habría enfriado y oscurecido el planeta. No obstante, en ningún estudio se había evaluado cómo habría sucedido la catástrofe y qué factor tras el impacto había sido la principal causa de extinción de la vida.
El asteroide, que viajaba a 43.000 kilómetros por hora, cayó en aguas pocas profundas en el golfo de México y dejó una cicatriz de 150 kilómetros de diámetro, conocida como el cráter Chicxulub. Los únicos dinosaurios que sobrevivieron fueron los aviares, que son antepasados de las aves modernas.
Un estudio publicado este lunes revela qué pasó con los dinosaurios durante los instantes posteriores al impacto del asteroide en la Tierra. Imagen: Science Source.
En un estudio de 2020 de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU), los científicos modelaron los efectos de la oscuridad a largo plazo utilizando 300 especies conocidas de la Formación Hell Creek, una zona en Estados Unidos rica en fósiles. Los hallazgos se presentaron el 16 de diciembre en la reunión anual de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU).
PUEDES VER: La COVID-19 causada por ómicron “no es la misma enfermedad de hace un año”, asegura experto de Oxford
“Nos enfocamos en esa región porque el registro fósil está bien muestreado y bien entendido ecológicamente, por lo que pudimos reconstruir la paleocomunidad de manera confiable”, señaló Roopnarine.
Mediante esta simulación en dicho ecosistema, estimaron cuánto tiempo de oscuridad produciría la tasa de extinción global que se ajusta a los registros fósiles.
Así determinaron que, a los 200 días, la comunidad del área de Hell Creek llegó a un punto de inflexión, donde “algunas especies se extinguieron y los patrones de dominio cambiaron”. Luego, entre los 650 a 700 días, los niveles de extinción alcanzaron el 65% al 81%, la cifra que coincide con los registros fósiles.
Por esa razón, se cree que, en el área de Hell Creek, las tinieblas duraron hasta dos años, mientras que en otras áreas del mundo las condiciones variaron.
Además, luego de que la oscuridad se disipó, las condiciones del ecosistema tardaron 40 años en comenzar a recomponerse.
Los autores de la investigación también sugieren que las especies costeras de latitudes alta pudieron sobrevivir los meses posteriores al impacto porque estarían acostumbrados a la baja temperatura y la poca luz.